El mar es el motivo central de esta antología de cuentistas astur-cubanos. Un mar compartido que no ha dejado de ejercer fascinación, de vibrar con su presencia en las páginas de la literatura de todos los tiempos y en todas las lenguas. Sin embargo, en el caso español, según su prologuista Benigno Delmiro Coto, «España no ha dado grandes escritores ni grandes escritoras que puedan asociarse con el mar» de modo que esta antología viene a cubrir ese vacío. El caso cubano, en cambio, es ejemplo de la importancia que el motivo marítimo y la insularidad como marca identitaria tienen no sólo en los comienzos de la vida sino también «en los comienzos de la literatura nuestra», afirma Luis Rafael Hernández, prologuista cubano. Tómese esta parte como una antología entonces. Ambas colecciones tienen en común ser ejemplos de buena literatura que tiene siempre su lugar en la colección «Máquina de las palabras».

Introducción. LUIS RAFAEL HERNÁNDEZ QUIÑÓNEZ, «Bojeo al mar en la literatura cubana». BENIGNO DELMIRO COTO, «El mar en la literatura española».

AUTORES CUBANOS. EDUARDO HERAS LEÓN, «La noche del Capitán». JUAN GONZÁLEZ DÍAZ, «De los 80». EUGENIO LEIVA, «Redención en el Mar de los Mares». AIDA BAHR, «Olor a limón». ENRIQUE PÉREZ DÍAZ, «Ese hombre está loco». AMIR VALLE, «Una dama de negro, los autos, las gaviotas…». REINALDO MEDINA HERNÁNDEZ, «Claudio y las sirenas». ÁNGEL SANTIESTEBAN, «Los hijos que nadie quiso». SOULEEN DELL´AMICO CIRUTA, «La hermandad». LUIS RAFAEL, «Ciudad».

AUTORES ASTURIANOS. ELIZABETH FELGUEROSO LÓPEZ, «El secreto de los cielos grises». RICARDO CANDÁS HUERTA, «El abuelo y la mar». CASIMIRO PALACIOS. «La Vacada Real». ALEJANDRO MARTÍNEZ GALLO, «Olas de libertar». Naciu Varillas, «Dos apuestas y una promesa». LAURA CASIELLES HERNÁNDEZ, «Monstruos». TERESA MARTÍN, «Islas». PABLO RODRÍGUEZ MEDINA, «Crónica del olvidado nombre de Félix Llamorgal». MANUEL GARCÍA RUBIO, «Un mar apenas agitado». PEPE MONTESERÍN CORRALES, «¡Tocado!». RAFAEL REIG, «Las ganas de vivir». FRANCISCO J. LAURIÑO, «Donde rompe y se levanta el agua»

Se caracteriza la literatura de mina por incluir una serie de motivos o temas recurrentes entrelazados en mitos o simbolizaciones de enorme eficacia retórica, entre ellos los esfuerzos de los mineros, los ejemplos de solidaridad, su compañerismo, su conciencia militante alternativa y sus modos de organización y lucha reivindicativa. Imágenes que cobran ahora, en el declive de la minería como fuente de energía básica de los países capitalistas desarrollados, nueva fuerza al añadirse el bagaje nostálgico a las imágenes construidas. De esta tradición minera brotan los relatos del colectivo langreano Les Filanderes, tradición bien sabida por ellas que han nacido y vivido en una región y una comarca como la cuenca del río Nalón que participa de esa tradición. Ellas continúan también en el camino de otras escritoras que se han ocupado a lo largo de los tiempos del mundo minero (de María Teresa León a Dolores Medio). Estamos, no podía ser de otra manera, ante una literatura comprometida con la realidad, desde la asunción consciente del pasado histórico, que apuesta activamente por la pervivencia de las cuencas mineras manteniendo caliente el fuego de la tradición.

SUMARIO
Introducción (Benigno Delmiro Coto)

Cuentos
Ana Álvarez: «Una huelga más», «Mis antepasados mineros», «El guaje»
Ana María Arbesú: «Elías», «Esquirol», «La huella del tiempo»
Arantza Rojas: «Carbonífero», «Último día de mina»
Asunción Naves: «Al fin viuda», «Carbones asturianos»
Elda Coto: «Inquietudes»
Elizabeth Felgueroso: «Carbonera»
Loli Salvador: «El extremeño minero», «La voz rota»
Ludy González: «Último día de trabajo», «La mina también perdona», «La mina ha muerto», «El Nalón y la mina»
Mar Velasco: «Sinforiano, las luces y sombras del farol»
María Jesús Cascallana: «Hortensia», «La lámpara», «La decisión», «Abuelo», «Nalón»
María José Losa: «Timoteo», «El cabo», «Melancolía»
María Luisa Soto: «La Arcadia feliz»
Marta Rodríguez: «Lucha minera», «Recuerdos de mi infancia»
Pili Baragaño: «Y acudió a su cita», «Minero y socialista», «No todos murieron en el interior»
Tivi Nespral: «El último día del metalúrgico minero», «Raúl, el minero»
Tomi Pizarro: «Poeta en la mina», «Sueños rotos»
Vivian Esteban: «Carta de despedida», «Páginas en la vida de un minero»

La revista de cultura y ciencias sociales "Ábaco" dedica este número a la ciudad de La Habana. Incluye colaboraciones de Leonardo Padura ("La ciudad hecha palabras"), Ciro Bianchi ("La capital invisible"), Raúl Arce ("La pelota o la vida"), hasta sumar una decena de artículos, además de una selección de fotografías.
La revista se acompaña del CD multimedia "Habaneros famosos de ayer yhoy".