www.paquebote.com > Reig
En la actualidad estamos asistiendo a una verdadera revolución en los modos de crear y acceder a las manifestaciones culturales. Internet y las nuevas teconologías tienen un impacto parecido al que tuvo la imprenta en la edad media respecto a la edición de libros. Hasta ahora, el debate se reduce de manera maniquea y simplista a pobres artistas versus consumidores piratas.
Este enfoque resulta claramente insuficiente para entender la profunidad de lo que está pasando. Las creaciones audiovisuales, musicales, literarias, etc, se han desprendido de su soporte y han facilitado enormente el acceso de los ciudadanos a estas nuevas vías de consumo, arrumbado los modos tradicionales de organizar la industria y la distribución cultural.
La necesaria protección del derecho de propiedad del autor no se ha adaptado a este nuevo paradigma y el canon digital manifiesta la impotencia propia de aplicar viejos instrumentos a nuevas realidades. Se presentan en esta obra elementos económicos, sociológicos y jurídicos para entender hechos como la nueva sentencia europea sobre el cobro indiscriminado del canon, las barreras de acceso al consumo cultural o los intereses en juego en la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual.
Un caso de características especiais: uns crimes que mobilizan simultaneamente a forza pública e as ánimas da Santa Compaña nunha atmosfera de superstición que enche de verosimilitude toda a trama. En A lei das ánimas, Carlos G. Reigosa desenvolve unha intriga singular que incorpora a tradición popular á novela, na liña de Torrente Ballester e Cunqueiro.
El periodismo tiene dueños y, por tanto, los periodistas, también. La famosa frase de Thomas Jefferson «Prefiero periódicos sin gobierno, a gobierno sin periódicos» suena muy atractiva pero a estas alturas de la historia no es rigurosa: detrás de los medios de comunicación no sólo está la influencia política (y más cuando se trata de alta política de Estado) sino, sobre todo, la influencia económica, unida a la financiera y a la empresarial en general. Todos los sectores productivos de relevancia quieren invertir en las empresas de comunicación que ya no son tales sino elementos de un sistema, el mercado. Jefferson vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX. A finales del XIX ya se observaba en su propio país la diversificación del capital mediático y a la vez la concentración de poder. A mediados del XIX, en Francia, Girardin permitió que la publicidad invadiera del todo el periodismo. Más dueños: accionistas, anunciantes...
¿Cómo es posible que estalle una crisis en 2008, provocada por el mercado, y no pase nada, al revés, el mercado le imponga sus reglas a los gobiernos? Entre otros motivos, por el silencio del periodismo en relación con las causas profundas de la crisis, que se han aireado lo preciso y entre grupos de población minoritarios. Los dueños del periodismo provocan crisis y sus medios callan.
¿Qué le ha pasado al periodismo de investigación? ¿Qué le ha ocurrido al propio reportaje de denuncia? ¿Por qué los medios recogen las filtraciones de Wikileaks pero, sobre todo, las relacionadas con escándalos políticos? Porque los políticos están colocados ahí por los dueños del periodismo para eso, para que reciban las bofetadas. Casi todo el periodismo gira en torno a la política pero los políticos gobiernan, no mandan, tal y como han demostrado los hechos. Manda el dinero, por tanto, la mayor parte de los contenidos periodísticos son importantes pero no sustanciales para el ciudadano. ¿Se podrá aspirar ya a que los dueños del periodismo sean sólo empresarios de la comunicación y no se meta en aquella loable idea de Jefferson todo inversor y anunciante que lo desee, dañando así el derecho del ciudadano a recibir información veraz? Cualquier empresario padece siempre la presión bancaria. ¿Para qué más presiones? Las ideas que se acaban de expresar son la razón de ser de este libro.