9786077546535
El banquero anarquista
Fernando Pessoa
Editorial: Verdehalago Fecha de publicación: 01/06/2011 Páginas: 66Formato: Rústica, 11 x 17 cm.
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El banquero anarquista (1922) es un relato de argumentación en el que la trama narrativa casi no existe en favor del juego dialéctico, la contradicción, la paradoja y la sutileza literaria. Todo se centra en dos personajes, de los que muy poco sabremos, sentados frente a frente, en un pequeño drama estático en el que uno de ellos trata de justificar mediante una cabriola lógica, llena de cargas de profundidad, su doble y sincera adscripción al auténtico anarquismo y al capitalismo más feroz. La liberación del individuo de todo poder constituido por la que aboga el anarquismo, se cumple en todo su rigor, al menos en el propio banquero, precisamente a través de la conquista del dinero. Pessoa se regodea en el hallazgo de los extremos que se tocan, en la sutil ironía de esta retorcida paradoja al modo chestertoniano. La escritura de este relato corre paralela a la vigorización de los ideales socialistas de la época, espoleados por el triunfo de la revolución de Octubre, y de la que Pessoa, a sólo cinco años vista, hace una temprana y lúcida crítica. // El banquero anarquista forma parte de lo que el poeta portugués suele denominar como ?cuentos de raciocinio?, que tanto interesarán a la tradición anglosajona (Poe, Chesterton o Conan Doyle). Quizás la ficción más acabada de Fernando Pessoa, y seguro entre las páginas centrales del mayor genio de las letras portuguesas modernas, en esta edición el relato se presenta en el contexto de lo que el propio autor llamó ?ficciones sociales?. De ahí que se acompañe con los extractos más afines de su gran obra en prosa, Libro del desasosiego, seleccionados por afinidad temática, en cuanto especulación política y socio-económica, y formal, en cuanto paradoja dialéctica.
COLECCIÓN TITULO UNICO - INFANTIL DE 3 A 6 AÑOS
El Libro del desasosiego, que presentamos traducido íntegramente por vez primera en lengua castellana, nació en 1913 y Pessoa trabajó en él durante toda su vida. Ésta es una obra inacabada e inacabable: un universo entero en expansión cuya pluralidad?literaria y vital?es infinita. Bernardo Soares, ayudante de tenedor de libros de contabilidad en la ciudad de Lisboa, autor ficticio de este libro, es, según Pessoa, «un semi-heterónimo, porque, no siendo mía la personalidad, es, no diferente de la mía, sino una simple mutilación de ella». Prosador que poetiza, soñador que razona y místico descreído, éste es el más pessoano de todos los heterónimos, y la riqueza inagotable de sus páginas?representación de todo un mundo?contiene el genio de Pessoa en toda su extensión.
He sido siempre bastante lúcido. Sentía rebeldía y quería entenderla. Me volví anarquista consciente y convicto: el anarquista consciente y convicto que soy ahora. Con estas rotundas palabras se nos presenta el personaje central de esta ficción, en la que
Entre 1913 y 1935, Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) fue componiendo un libro a base de fragmentos (más de quinientos) que pretendía contar la autobiografía de Bernado Soáres, un oscuro contable lisboeta. Oscuro, pero lúcido: en cada uno de los fragmentos, los actos más cotidianos, la anécdota más nimia de la vida en la ciudad se convierten en un catalejo que muestra la "pesadilla voluptuosa" del vivir.
Como casi toda la obra de Pessoa, estos fragmentos permanecieron inéditos durante décadas, hasta que fueron publicados en 1982. Esta nueva edición, preparada, traducida y ordenada por Manuel Moya, recoge la visión completa de un libro para-toda-la-vida, de los que se pueden abrir en cualquier página y leer a tragos cortos con la seguridad de que siempre habrá un pálpito donde nos reconozcamos:
"Leer periódicos, cosa penosa desde el punto de vista estético, también lo es frecuentemente desde el punto de vista moral, incluso para quienes tengan pocos escrúpulos morales.
Las guerras y las revoluciones -siempre hay una y otra en curso- llegan en la lectura de sus efectos, a causar no horror, sino hastío. No es la crueldad de todos esos muertos y heridos, ni el sacrificio de todos cuantos mueren peleando, o caen muertos sin combatir, lo que pesa con dureza en el alma. Es la estupidez que sacrifica vidas y haciendas por cualquier cosa inevitablemente inútil. Todos los ideales y todas las ambiciones son un desvarío de verduleras hombres, No hay imperio que justifique el destrozar una muñeca. No hay ideal que mereza el sacrificio de un tren de hojalata..."