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Los sufrimientos del joven Werther (1774), la historia de un joven abocado al suicidio por la infelicidad del desamor, es la primera gran novela trágica de la literatura europea. Basada en el desencanto amoroso sufrido por el propio Goethe con Charlotte Buff, y en la tragedia de Karl Wilhelm Jerusalem, que se suicidó desesperado de amor por una mujer casada, el libro alcanzó una gran fama como el primero de lo que más tarde se llamaría literatura confesional. El éxito de Werther fue rápido e inmenso, no tardó en convertirse en un objeto de culto y fue parodiado, convertido en ópera, en poema y en obra de teatro en cientos de versiones. Pero hoy en día podemos aislar la novela de su contexto para valorar la capacidad artística de su autor sin ruido: su sensible exploración de la mente de un joven artista en lucha contra la sociedad y escasamente pertrechado para hacer frente a la vida le otorga el valor de una obra maestra. «El mundo, al unísono, tomó posesión de Los sufrimientos del joven Werther y el libro tomó posesión del mundo. Era como si la gente, en todos los países, de manera secreta y sin saberlo, hubiera estado esperando este libro escrito por un joven desconocido, nacido en una ciudad del imperio alemán.» Thomas Mann
En 1773 se publica Las desventuras del joven Werther, obra clave del movimiento literario romántico en la que volcó su apasionamiento de entonces por Charlotte Kestner, que era la prometida de uno de sus amigos. Esta obra expresa el conflicto vital de quien se ha enamorado, exponiendo todo el pesimismo del amor imposible; tomando como motivo oportuno un suceso reciente que había constituido un verdadero escándalo social.
Esta tragedia es una de las obras más representativas y conocidas del genial humanista alemán. En su tiempo tuvo una popularidad inmensa, y por su emotividad y romanticismo llegó a influir en muchos jóvenes de la época que, contrariados en sus amores, tomaron decisiones fatales para su vida. La figura del joven Werther es para los lectores de hoy un personaje clásico que conserva toda su fuerza y su grandeza.
Publicada en 1809, LAS AFINIDADES ELECTIVAS fue gestada por J. W. GOETHE (1749-1832) a lo largo de los dos años anteriores, en un periodo especialmente crítico tanto de su vida como de la historia de una Europa que, convulsionada por Napoleón, aventaba definitivamente las últimas cenizas del Siglo de las Luces y conocía los primeros descubrimientos científicos. No es de extrañar, pues, que esta novela ideada entre dos luces sea considerada una de las más sutiles y ricas en matices de las escritas por el autor de «Fausto» y de las «Penas del joven Werther» (L 5555). En efecto, la variedad de lecturas que las múltiples facetas que el genio de Goethe supo arrancar del que es en último término el núcleo en torno al cual gravita la novela ?el conflicto entre ley natural y ley moral, naturaleza y sociedad, deseo y conveniencia?, y que hicieron de ella una obra polémica en su día, se han revelado a la larga como el fundamento de su perenne vigencia.
Goethe es probablemente una de las personalidades literarias más ricas, versátiles e influyentes de todos los tiempos. Aunque quizá sea más conocido por obras como El joven Werther o Fausto, es en Las afinidades electivas donde mejor se aprecia la trascendencia de su legado. En esta novela, a caballo entre el clasicismo y el romanticismo, el matrimonio formado por Eduard y Charlotte ve su idílica y armónica existencia sacudida por la aparición de Ottilie, joven protegida de Charlotte. La lealtad, la fidelidad, las afinidades, el deseo y el fantasma del adulterio se convocan en la trama de esta magnífica novela, cuya modernidad y lucidez a la hora de examinar las relaciones humanas siguen siendo sobrecogedoras.
Publicada en 1809, Las afinidades electivas fue gestada por J. W. Goethe (1749-1832) a lo largo de los dos años anteriores, en un periodo especialmente crítico tanto de su vida como de la historia de una Europa que, convulsionada por Napoleón, aventaba definitivamente las últimas cenizas del Siglo de las Luces y conocía los primeros descubrimientos científicos. No es de extrañar, pues, que esta novela ideada entre dos luces sea considerada una de las más sutiles y ricas en matices de las escritas por el autor de Fausto y de las Penas del joven Werther -ambas publicadas en esta colección-. En efecto, la variedad de lecturas que las múltiples facetas que el genio de Goethe supo arrancar del que es en último término el núcleo en torno al cual gravita la novela -el conflicto entre ley natural y ley moral, naturaleza y sociedad, deseo y conveniencia- y que hicieron de ella una obra polémica en su día, se han revelado a la larga como el fundamento de su perenne vigencia.
Traducción de Helena Cortés