Este libro trata de asesinatos comunes. No de aquellos cometidos por motivos políticos y obrados primero por maquis (tanto rurales como urbanos), y luego por las diversas organizaciones ultraizquierdista o separatistas. Tampoco de aquellos cometidos por las fuerzas de orden público contra dichos opositores, maquis y terroristas, que los hubo en elevado número. Hablamos de asesinatos muchos de ellos perpetrados en el curso de robos o atracos en un país dominado, en sus primeros tiempos, por la miseria, donde la necesidad empujaba a los más humildes a robar. Asesinatos perpetrados, ya años más tarde, en el marco del boom turístico, de la llegada masiva de extranjeros a España, de la mayor apertura a Europa…Lógicamente, el tratamiento policial y judicial de estos asesinatos fue variando con el tiempo. En los primeros años, prácticamente todos esos delitos que incluían la muerte de alguna persona quedaron en manos de la justicia militar, retomando una tradición que la II República había intentado erradicar. Aunque se hubieran cometido por motivos personales o en el curso de un simple robo. Si había sangre de por medio, como iremos viendo, los militares juzgaban y castigaban severamente. Los hacían a través de unos consejos de guerra a los que estaban ya muy acostumbrados, pues eran años en los que los derrotados en la guerra iban pasando en gran número por este tipo de tribunales. Consejos sin garantías, rápidos, expeditivos, sin posibilidad de apelación. Con el tiempo las cosas fueron cambiando. La justicia militar fue quedando más reducida a actos considerados de bandidaje o terrorismo, aunque seguía siendo igual de expeditiva. Los tribunales civiles fueron haciéndose cargo de sumarios sobre delitos de sangre, y la pena de muerte para estos casos se fue limitando.De todo ello se habla aquí, ejemplificándolo con más de setenta crímenes, algunos de ellos nunca tratados en los ensayos publicados sobre el tema.

"La mención del término diversidad hace pensar en colectivos excluidos, invisibilizados o que requieran medidas de atención específicas. La pedagogía diferencial nace a mediados del siglo XX para reconocer las diferencias entre los grupos, según la edad, la cultura, los rasgos cognitivos, etc., con el fin de diseñar proyectos educativos más adecuados. Por su parte, la educación adaptativa es un enfoque que da un paso más: reconoce que las diferencias pedagógicamente significativas no solo se derivan de los grupos, sino también de las características individuales, antes, durante y después de la intervención. La pedagogía diferencial adaptativa pone el foco en la persona y afirma que no hay un método educativo eficaz para todas y que la efectividad depende del ajuste de las estrategias educativas a los perfiles individuales en un determinado contexto. Este libro reflexiona sobre los diferentes enfoques entorno a la diversidad, y presenta una teoría educativa diferencial, la pedagogía adaptativa, que permite tomar decisiones de ajuste personalizadas, evaluar los programas con un enfoque diferencial y validar sus principios con metodologías propias. En definitiva, un marco de formación consistente y adecuado para el profesional pedagógico comprometido con la calidad de la educación del siglo XXI.
Mercedes García García es catedrática de Pedagogía Diferencial en el Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Elvira Carpintero Molina es profesora de Pedagogía Diferencial y Orientación Educativa en el Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Chantal Biencinto López es profesora de Metodología de Investigación en el Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Blanca Arteaga Martínez es profesora de Didáctica de la Matemática en el Departamento de Didáctica, Organización Escolar y Didácticas especiales de la UNED."

LA BIOGRAFÍA DE UNA DE LAS FIGURAS CLAVE PARA ENTENDER LOS TURBULENTOS INICIOS DE LA ESPAÑA DEL SIGLO XX Hijo de funcionario de prisiones, soldado veterano en las campañas de Filipinas y Marruecos, militar africanista, fundador de la Legión, amigo personal de Franco, propagandista del franquismo durante y después de la guerra civil, contradictor a voces de Unamuno, histrión, mutilado, el general José Millán Astray es un hombre de muchas caras, uno de los rostros más controvertidos en la España de la primera mitad del siglo XX. Con frialdad forense, el guionista Jorge García y el dibujante Gustavo Rico, creadores de Myrddin y Los dientes de la eternidad, trazan un relato afilado de su figura y, por extensión, de la generación de militares que dio el golpe de estado de 1936.