«De hombres y mujeres con nombres y opciones, con miedos y ansias, con fracasos y esperanzas, trata este libro. Y, sobre todo, de hombres, de masculinidades en crisis, en búsqueda, haciéndose y deshaciéndose, caducas y por descubrir. La tarea pendiente de la igualdad. El horizonte democrático siempre. Octavio Salazar Benítez describe, con pinceladas llenas de color, el ser humano que queremos ser y también el que queremos encontrar cuando salimos a la calle, enfrentamos un trabajo o elegimos un nuevo gobierno. Cansados de dogmas milenarios, lo nuevo es una exigencia ética. Y es de ética de lo que va este libro, reflexión honda y valiente, sin estereotipos y sin asideros caducos, porque el futuro, en esta era de inteligencia artificial, intergaláctica y voraz, necesita de un nuevo humanismo, asentado en quienes somos y no en la fábula que nos hicieron representar. Los hombres y las mujeres que protagonizan los 64 capítulos del libro son la historia de la humanidad. Es el momento.» - Pilar del Río

Este libro recorre el camino en un caso demandante de carillas de porcelana, desde la selección del caso, diagnóstico, plan de tratamiento y preparación hasta el tallado, impresiones, laboratorio, cementado o fotografía. Todo lo necesario para la toma decisiones, con unos resultados predecibles. La aplicación de las nuevas tecnologías también forma parte fundamental del contenido de la obra.

En este libro nos acercamos a algunas de las experiencias de descendientes de víctimas del franquismo. Se trata de personas de terceras y cuartas generaciones (fundamentalmente nietos, biznietos y sobrinos nietos) que provienen de entornos familiares que han sufrido sucesos de gran violencia tales como asesinatos, desapariciones o prisión. En los diferentes capítulos se perfilan trayectorias diversas, que fluctúan desde un abierto desconocimiento hacia lo ocurrido familiarmente, como si lo que aconteció hubiera ido desvaneciéndose, hasta procesos activos de búsqueda de desaparecidos o de recuperación de la propia historia familiar.
Nuestro ánimo ha sido el de ayudar a hacer visibles las dificultades y los obstáculos con que se encuentran estos descendientes de víctimas cuando dan el paso de intentar saber más sobre el pasado trágico que los antecede y cuando intentan que se reconozcan los daños sufridos, así como las implicaciones que ello ha tenido en sus propias vidas. Entendemos que hay una responsabilidad social al respecto de todo ello.