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Antología Marxista… y también dos huevos duros!!
VV. AA.
Editorial: Plot Ediciones, S.L. Año: 2003 Páginas: 288Formato: 27,5 x 21 cm.
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Esta obra fue la primera incursión en el teatro del cineasta Éric Rohmer. "El trío en Mi bemol" contiene muchos de los temas presentes en su cine: la importancia de la palabra, el azar, la visión de las relaciones sentimentales como un juego donde los sentimientos son observados de forma púdica, elegante e irónica. Una obra construida con precisión, sencilla y ligera sólo en la superficie.
Bertolucci por Bertolucci es un libro de cine en muchos aspectos único e irrepetible, tanto como lo es la excepcional carrera de este director. Tras ser uno de los cineastas más representativos de los años sesenta –Prima della rivoluzione, La estrategia de la araña, El conformista– y a raíz del triunfo de El último tango en París, Bertolucci abandona definitivamente las catacumbas del cine de arte y ensayo y sus películas se colocan entre las más taquilleras del cine mundial. La aventura continúa con Novecento, una de las películas más ambiciosas de la historia del cine y, tras La luna y La tragedia de un hombre ridículo, termina provisionalmente en China, con el rodaje de su más grandioso proyecto: El último Emperador.
Este autorretrato, que se lee como una novela, es un libro sobre el cine, un mundo imaginario de celuloide violentamente expulsado del centro del universo audiovisual para vagar como un planeta fuera de su órbita. Ford, Renoir, Warhol, Zavattini, Coppola, Hawks, Selznick, Scorsese, Fellini, Storaro, Walsh, Cassavetes (y por qué no, Bacon y Magritte) son sólo algunos de los nombres que acuden a la memoria del director, en una extraordinaria síntesis de las películas de Bertolucci y del Cine según Bertolucci.
En 1945, Billy Wilder obtenía el Oscar a la mejor película y al mejor guión del año con Días sin huella. En 1949, Carta a tres esposas de Joseph L. Mankiewicz obtiene el Oscar al mejor director y al mejor guión. Al año siguiente, 1950, Eva al desnudo, también de Mankiewicz, obtiene el Oscar a la mejor película, al mejor director y al mejor guión, al tiempo que Billy Wilder lo obtiene al mejor argumento original con Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses). Diez años más tarde, en 1960, El apartamento, de Billy Wilder logra el Oscar a la mejor película, al mejor director y al mejor guión. Billy Wilder y Joseph Mankiewicz tiene muchas cosas en común, además de ser ambos directores, guionistas y productores. Los dos se formaron en Berlín. Los dos comenzaron en el cine escribiendo rótulos para películas mudas y ambos fueron los alumnos más aventajados de Lubitsch. Mankiewicz ha hecho películas inteligentes sobre personajes inteligentes. Wilder ha hecho películas inteligentes sobre personajes no siempre inteligentes. De lo que no cabe duda es de que estos dos hombres, responsables de películas como El apartamento, Eva al desnudo, Sunset Boulevard, People Will Talk, Avanti! o La huella, han elevado el coeficiente intelectual del cine a alturas que los hermanos Lumière jamás habrían podido sospechar.
Cuando apareció por primera vez «El roedor de Fortimbrás», hace más de 30 años, Vicente Aleixandre dijo de ella que «es una novela tensa y extrema, que opera en claves del hombre hasta el anonadamiento. Es un libro patético, con un arte dificilísimo que en Suárez parece sumo y natural y que hunde al espectador al timpo que le ilumina. Nunca me he sentido tan en presencia de una vocación como en el caso de Gonzalo Suárez, solo y con todos, rodeado de las más adversas condiciones del medio, pero insobornable».
A través de estas conversaciones con catorce de los más reputados directores de fotografía contemporáneos, accedemos al trabajo de las personas de las que depende el resultado visual y buena parte del estilo de una película. Operadores que desde finales de los sesenta han venido renovando el aspecto visual del cine, muchas veces enfrentándose al temor y al rechazo de la vieja
escuela de Hollywood. Amparados en las nuevas generaciones de directores que van desde Martin Ritt, Woody Allen y Richard Brooks, hasta Spielberg, Coppola, Scorsese o Bertolucci, han logrado el reconocimiento de la fotografía como uno de los oficios más creativos e interesantes del cine de nuestros días.
"Chinatown", "American Gigolo", "Toro salvaje", "Easy Rider", "Alguien voló sobre el nido del cuco", "Días del cielo", "A sangre fría", "Dos hombres y un destino", "The French Connection", "El conformista", "Gandhi", "Apocalypse Now", "El último emperador", "Manhattan", "Annie Hall", "El padrino", "Tiburón" y "Encuentros en la tercera fase" son sólo algunos ejemplos del trabajo y del talento de estos "Maestros de la luz" en las películas más relevantes de las últimas décadas. Escuchando a Néstor Almendros, Michael Chapman, Conrad Hall, Vittorio Storaro o Gordon Willis salimos de las tinieblas y nos adentramos en el apasionante mundo de la luz y el uso que de ella hacen los profesionales de la cinematografía. En este libro, además, descubrimos paso a paso la primordial relevancia que estos artesanos tienen en el proceso de creación de una película.
En 1950 John Huston realizó "La roja insignia del valor", basada en la novela de Stephen Crane sobre la Guerra de Secesión. Lilliam Ross convenció a Huston para que le dejara estar presente durante todo el proceso de realización de la película, para luego poder relatar detalladamente cómo se hizo. Con la publicación de su trabajo nació todo un clásico del «nuevo periodismo» elogiado por el propio Truman Capote y numerosas personalidades del mundo del cine y la literatura.