9788486375324
Llora mi alma de fantoche «Poesía 2009-2019»
Diego Medrano Fernández
Editorial: Luna de Abajo Fecha de publicación: 10/05/2019 Páginas: 160Formato: , 20,4 x 13,4 cm.
www.paquebote.com > Luna de Abajo
• 328 páginas a cuatricromía
• 892 fotografías color
• Segunda edición corregida y ampliada.
«Pocos elementos del paisaje están tan indisolublemente unidos a Asturias como los árboles. Ellos forman parte de la esencia misma de lo que es Asturias, y sino basta imaginar una Asturias desarbolada para advertir que ese paisaje se presentaría irreconocible y frío. El árbol está presente en las costumbres y usos asturianos desde los primeros asentamientos humanos en nuestra región, pero su historia tuvo momentos de mejor y peor fortuna.
Durante siglos los bosques representaban para los habitantes rurales
el obstáculo a vencer para colonizar nuevos territorios con pastos y huertos. Fue así surgiendo una dualidad entre los terrenos considerados cultos o cultivados (en definitiva, dominados) y los incultos, agrupados como «monte». Ganarle un terreno al monte y transformarlo en pastizal era un trabajo con frecuencia fatigoso, y si no se cuidaba el monte ahí estaba, preparado para para recuperar sus dominios.
Por tanto, con el monte había que convivir, pero también tenerlo bajo control. Desafortunadamente, ese control fue con harta frecuencia muy desproporcionado y abusivo, resultando un
territorio con amplias áreas deforestadas en lo que antiguamente era una gran selva caducifolia. Pero en Asturias todavía disponemos de extensos bosques de alta calidad ambiental, admirados por los
visitantes de otras regiones y países en los que se echa en falta el bosque perdido.
(...)
Este libro va dedicado a los protagonistas de ese monte inculto, los árboles y los arbustos naturales de Asturias, arrasados a veces, admirados otras.
Ellos son la base de la riqueza natural de nuestros montes. Con esta publicación queremos darlos a conocer a un amplio público y que el lector vea en cada especie algo más que un espécimen: un ser
hermoso y noble, sustento de vida, paisaje esencial o casi alma viva de Asturias.
(...)
En el libro se han incluido aquellos árboles y arbustos que alcanzaron y ocuparon el territorio del Principado mediante su expansión natural,
la mayoría sin la ayuda del hombre. En este sentido hemos aplicado el concepto «natural» de Asturias como «indígena» o «autóctono» de Asturias, prescindiendo de árboles introducidos por el hombre como eucaliptos, frutales, tamariscos, mimosas, falsas acacias, etc., aún cuando algunos ejemplares puedan encontrarse asilvestrados e incluso propagándose sin intermediación humana.
Sin embargo este criterio tiene aspectos discutibles: hay especies cuya presencia desde antiguo en Asturias si parece deberse a la acción humana o al fomento de su plantación y propagación: es el
caso del castaño, algunos pinos y chopos, nogal, etc.
Todavía hoy es motivo de discusión entre los especialistas si estas especies ya existían en Asturias y el norte de España antes y Durante las glaciaciones o si fueron traídas por los romanos (caso del castaño) en su expansión imperial. En lo que sí hay consenso, incluso con quienes defienden su autoctonía, es en que fue el Hombre quien facilitó su propagación.
(...)
En la presente publicación el planteamiento está basado en el de una guía naturalista de los árboles y arbustos: por un lado se facilita al lector la identificación de las especies, agrupándolas según los tipos de hojas que presentan. Para ello se incorpora una clave de identificación que a partir del examen de las hojas guían al lector hasta la especie.
Cada especie es tratada a fondo su propia ficha descriptiva, en la que se muestran imágenes detalladas del haz y el envés de la
hoja, así como de otros muchos aspectos interesantes de la planta, como flores, frutos, cortezas, yemas, etc. Se incorpora asimismo
información acerca del medio o tipo de bosque en que aparece ese árbol o arbusto, sus gustos climáticos, sus preferencias en cuanto a suelos y altitud, usos de la madera o de sus frutos, curiosidades naturales o históricas del mismo, animales que se alimentan de sus frutos, etc. Por tanto, se intenta dar una visión de cada especie no
como especímenes aislados sino integrados en la naturaleza, paisajes y usos de Asturias.
• José María Fernández Díaz-Formentí (Gijón, Asturias, 1963) es médico especialista en estomatología, apasionado naturalista y estudioso de Asturias y América del Sur. Miembro Numerario Electo del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), cofundador y Coordinador de Actividades Científico-Culturales para Sudamérica de la Asociación de Estudios Americanos del Principado de Asturias (AEAPA).
La mayor parte de sus publicaciones están relacionadas con la naturaleza de Asturias, que conoce en profundidad después de más de treinta años de incesantes salidas a la misma. El resto tratan acerca de la naturaleza y arqueo-antropología de los países andinos y de la selva amazónica, zonas que visita cada año y de las que es un entusiasta explorador y estudioso, colaborando con publicaciones de la UNESCO.
Ha dictado numerosos cursos y conferencias acerca de la naturaleza de Asturias, así como de la cultura, historia y naturaleza de los Andes y la Amazonía, que en ocasiones ha complementado con una exposición de arte popular y objetos de historia natural de dichas regiones sudamericanas.
«No recuerdo con exactitud cuándo oí hablar por primera vez de Frederic Prokosch. Sí recuerdo, en cambio, cuál fue el primer libro suyo que leí: Tormenta y eco. Lo leí a principios de los años sesenta, siendo un adolescente, la edad en la se descubren aquellos libros que nunca habremos de olvidar. A lo largo del tiempo el libro ha permanecido en mi memoria; sin embargo, de su primera lectura apenas recordaba nada. Hasta hace poco, que he vuelto a leerlo y era como si lo leyese por primera vez.
Para mí siempre ha sido un misterio este primer contacto con la obra de Prokosch. A diferencia de otros casos, en los que descubres a un escritor al leer algo acerca de él que te interesa o alguien en quien confías te lo recomienda, en este caso no puedo aportar con certeza ningún motivo especial. ¿Qué fue lo que me impulsó a comprar el libro de un autor para mi totalmente desconocido? No lo sé y dudo que llegue a saberlo. En algún lugar oculto de mi mente debe guardarse la respuesta, pero hoy por hoy soy incapaz de encontrarla. Hay extrañas conexiones en el cerebro humano que conducen a decisiones súbitas e impredecibles. Sucede en cualquier ámbito de la vida y, por supuesto, también a la hora de elegir nuestras lecturas. Esta sería una de ellas.
El texto que viene a continuación es la historia del reencuentro con un autor que me ha acompañado con intermitencias durante cincuenta años, y cuya vida, personalidad y obra literaria me resultan especialmente fascinantes. Pero no es solo eso. En cierta forma Prokosch también es pretexto para hablar de escritura y de libros. Del oficio de escritor. Del éxito y del fracaso. De críticas y rechazos. De realidad y ficción. Del azar. De máscaras. Esto es, de vida y literatura. »
• Jorge Ordaz (Barcelona, 1946) ha sido profesor en el Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo e investigador del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII. Ha publicado varios libros de ficción: Gabinete de ciencias asturales (en colaboración con Juan Luis Martínez Álvarez); Prima donna, finalista del premio Herralde (1985); Las confesiones de un bibliófago; La Perla del Oriente (1993), finalista del premio Nadal (1993); Perdido edén; El cazador de dinosaurios; El fuego y las cenizas, premio de la Crítica de Asturias de Narrativa (2012); y Diabolicón. Ha publicado asimismo folletos de «no ficción» (Cuaderno de Manila, Melitensia, Conradiana, RLS), traducciones de poetas ingleses y norteamericanos (Casas abiertas, Kenneth Fearing: 23 poemas), y colaborado en libros colectivos, periódicos y revistas culturales. Mantiene el blog literario Obiter dicta.
Incluye 15 fotografías en blanco y negro.
«Los milagros se dan en cualquier sitio. Por ejemplo, el pasillo de mi casa de Oviedo, en la que nací. La misma en la que falleció mi abuelo. Y ambos, una mañana de niebla y frío de febrero, nos encontramos en el pasillo del milagro. A él lo llevaban frío como la mañana, recién, en su féretro. Y yo en el vientre de mi madre, caliente, con prisa por escapar del biológico presidio y la comadrona detrás provista de la canastilla. Que el ataúd del abuelo y la canastilla del nieto se crucen en un pasillo como embajadores de la muerte y la vida, hombre, sí que es algo excepcional. Pero, lo verdaderamente asombroso, donde de verdad creo que el milagro adquiere su categoría fue por la voz que se oyó en el pasillo, la del abuelo de toda la vida, decía: «¡Cuida de ello!»; luego, el crujido de la caja al cerrarse. Y se completó el prodigio cuando la comadrona descubrió en la canastilla una retina bien conservada y los cuadernos manuscritos del diario del abuelo. Un abuelo de cine, sin ninguna duda.
De su retina, de su nutrido archivo fotográfico, el Pueblo de Asturias y su admirable museo dan buena cuenta en publicaciones, exposiciones permanentes e itinerantes, la conservan, a fe mía, tal y como ordenó el abuelo Modesto.
De sus cuadernos, cuatro: uno, su infancia (Colegio de Valdediós); dos, la época en la que se forja el abuelo en el arte de lo polifacético (comerciante, mantequero, fotógrafo); tres, sigue el diario con sus afortunados y desafortunados días en la Cuba de 1927 distribuyendo una película rodada en nuestro terruño y de la que es productor: Bajo las nieblas de Asturias; y el cuarto, la desgracia, la guerra civil, donde el lector encontrará a un Modesto Montoto respetuoso con el otro.
Salpimentamos el texto con algunas de sus fotos. Disfruten con sus cuadernos, los que guardé en mi canastilla durante una pila de años. El abuelo y yo los cedemos gustosamente.» (Manuel Herrero Montoto).
-- Modesto Montoto, natural de Infiesto, nació en 1875 y nos dejó en Oviedo, en 1950.
Estudió en el Colegio de Valdediós (1886-1889). Posteriormente, se instala en Villamayor (Piloña), dedicándose al comercio y a la industria. Compró una moto con siderar y viajó por todo Asturias pertrechado con mantequilla, sidra y una máquina fotográfica. Con los productos perecederos se ganaba el pan. Mientras su afán fotográfico le permitió entrar en contacto con la sociedad rural asturiana, plasmar en sus placas paisajes, personajes y costumbres. Desde 1914 hasta 1922 se convierte en el reportero del semanario Asturias Revista Gráfica, de La Habana (tirada de 4.000 ejemplares) y sus fotos se convierten en un lazo espiritual entre el emigrante asturiano en Cuba y su tierra natal. En 1927, junto al maestro Julio Peinado, se embarca en la aventura cinematográfica, como productor, con la firma de la Sociedad Asturias Film, dirige Manuel Noriega, se rueda Bajo las nieblas de Asturias. Los años 1927 y 1928 emigra a Cuba, con las nieblas bajo el brazo, y distribuye el film por los salones de Cuba. Gran acogida del emigrante y no emigrante.
Se casó con Adosinda Arias. Once hijos tuvo de este matrimonio. Vivió en Villamayor, donde sufre la Guerra Civil. Posteriormente se desplaza a Oviedo con su esposa y su hija Adosinda. Sustituye la máquina de fotos por la estilográfica y completa el retrato del primer cuarto de siglo de la Asturias rural con este cuaderno.
-- Manuel Herrero Montoto. De Oviedo. Nace en 1950 y vive en su ciudad natal.
Estudió Medicina en la Universidad de Valladolid. Se traslada a Asturias y ejerce como médico de Asistencia Primaria. Más tarde se incorpora al programa MIR del Hospital Covadonga y se especializa en Cirugía General y Digestiva. Ejerció como especialista en Cirugía General en el Hospital Álvarez-Buylla.
Compaginó desde joven estudios y Medicina con la Literatura. Su obra abarca distintos géneros y temáticas. Desde la novela social, como El habitante; libros de viajes, Manding y Desde el kilómetro cero; otros en los que se dan la mano el humor y el erotismo, en este capítulo entran Omara la trapecista, Omara en el París de las maravillas y El Grito de Omara. Cabo Juan fue su aportación al teatro.
Colaborador habitual en la prensa regional con artículos de opinión.
Y nieto de Modesto Montoto.