«Se aprovecha el resonante derrumbamiento de las torres gemelas de Nueva York para convertirlo en una breve epopeya enter risueña y tremebunda.»

Por una vez, un drama algo más al estilo de lo que suele pasar en el teatro, sin que por ello deje de jugar con los dos tiempos, el tiempo real de los días y las horas de la intriga y el de la hora y media de la representación.

Un drama, en cierto modo anacrónico, que trata de hacer jugar en carne viva y voz doliente el descubrimiento de la contradicción de la libertad de uno y del amor de dos.