"Y es que la familia protagonista de este álbum ilustrado ha perdido al abuelo. La casa es grande y por más que lo buscan, hasta debajo del sofá, son incapaces de encontrarlo. Hasta que deciden registrar un lugar en el que no habían mirado nunca antes: en un bolsillo de la bata. Allí aparecen tuercas, piedras y todo tipo de artilugios extraños pero… un momento, ¡del bolsillo está saliendo la abuela! ¿Estará ahí escondido también su marido?"

«El libro melón es un libro sorpresa, no apto para aquellos que tienen ideas prefijadas sobre lo que tiene que ser la poesía o la literatura.
Nunca sabes cómo será un melón hasta que no lo abres. Pero de algo podemos estar seguros, cada cortada representará una jugosa invitación, tiempo para contemplar esa redondez hendida, la pulpa fresca goteando, las pepitas… Su jugo busca, según la autora, “impregnar la percepción / de muchas incongruencias, / …necesarias para una / buena digestión de las ideas”. Y es que el libro de Marta R. Sobrecueva logra desde el instante mismo en que lo abrimos sumergirnos en un espacio propio. Sin movernos de nuestro entorno, estamos, de pronto, al otro lado del espejo. Los objetos sienten, se rebelan, los significados de las palabras se convierten en cosas con las que tropezamos. Un «continuum» disparatado, irónico, cruel a veces bajo su apariencia de humor ilógico.» (del prólogo de Rosa María Rodríguez Magda).
Nacida en Valencia en la década de los 70 del siglo pasado, Marta R. Sobrecueva ha publicado en revistas literarias, entre ellas “La hamaca de Lona” y “El Casco”. Mantiene un blog de poesía llamado “De la poesía y otras disciplinas en palabras”. Ha colaborado con la Asociación poética Caudal y Fundación inquietudes (publicada en sus Pliegos). Frecuente de cafés literarios de Valencia (El Dorado, Kafcafé, Rayuela) y Madrid (Tapas y Fotos, Badulake), así como de eventos tales como Edita (Punta Umbría), Las noches del cangrejo (Sevilla), Voces del Extremo (Moguer), Ediciones Salvajes(Badajoz), Nosomostanraros (Elche). Fue finalista, en prosa, en el Premio Ana María Matute 2007 por su relato “Retrato o Historias de la nada”.

También ha volcado su poesía en el campo de la performance, colaborando con la Asociación de arte de acción/performance Sinberifora, y en videopoemas con el videorealizador y performer Alvaro Pichó. Licenciada en Derecho desde 1998, trabaja como abogado internacional en su ciudad natal.