Esta nueva edición de ?El hombrecillo de los gansos? es el redescubrimiento de una de las novelas más populares en Europa a mediados del siglo XX, y ha sido considerada hasta nuestros días la obra maestra de uno de los más célebres narradores en lengua alemana. La historia de un ?outsider?, Daniel Nothafft, un músico que vive su condición artística con pleno radicalismo y que lucha contra la decadencia moral y espiritual de su época, nos traza un arco narrativo en el que todos los puntos convergen en uno: «No se trata de poder, se trata de ser.» El hombrecillo de los gansos, esa estatua que se erige en el centro de la plaza de Nuremberg, es figura simbólica, camino de salvación de un artista asediado entre las convenciones sociales y una recia voluntad de perfección.

Únete a la misión. Salva el mundo.

El equipo Alfa ha superado con éxito su misión en el satélite J-16: conseguir el primer elemento de los 6 necesarios para componer La Fuente y así salvar el mundo.

Ahora, nuestros Voyagers saben que el segundo elemento se oculta en Meta Prima, un planeta lleno de laberintos de metal, catapultas de fuego, piedra líquida... Parece fácil: aquí reina la tranquilidad y sus habitantes están detenidos en el tiempo. Pero alguien o algo hace despertar a Meta Prima... y se desata la guerra entre dos antiguos enemigos. ¿En quién podrán confiar?

337 pp.+2 hh. 20x14,5. Tela editorial con sobrecubierta. Edic. Lauro. Barcelona, 1946.
La novela nos presenta a un abogado especializado en divorcios que, a fuerza de justificar infidelidades y adulterios ajenos, convirtiendo el altar de la justicia en tablado de Arlequín, se siente al fin invadido por un inmenso desprecio hacia la institución del matrimonio. Y pese a estar inmensamente enamorado de su mujer, y de conservar siempre en el fondo de su corazón la inexpugnable certidumbre de que su verdadero destino está junto a ella, se deja arrastrar a un torbellino de frivolidades en las que la noción del placer es para él más que un incentivo, un verdugo al que odia pero a cuya llamada no puede sustraerse.