Nina es una niña de nueve años que sueña con ser reportera. Lo último que esperaba encontrar al abrir su armario era ... ¡Un conejo! ¡Rosa! ¡Y gigante! Pero Nim no es solo un conejo rosa gigante, ¡Nim es un amigo invisible!

Las gemelas Alma y Elma, más conocidas como las «cuquinenas», llegan al barrio de La Alameda y pronto lo revolucionan todo. Son iguales y se visten de forma casi idéntica: son modernas y saben cómo marcar tendencia. Su llegada causa un verdadero revuelo, justo en el momento en que los chicos del barrio se preparan para participar en la gran carrera de autos caseros que se organiza todos los años.

Nina, por supuesto, entre celosa y suspicaz, empieza a sospechar que hay algo raro con las recién llegadas. Nim, ajeno a todo, se aficiona a los extraterrestres, lee libros y busca información en internet. La cosa se complica cuando Nina se da cuenta de que las «cuquinenas» cumplen con varias características que, según Nim, ¡son propias de los extraterrestres! Y por si esto fuera poco, la intriga aumenta todavía más cuando las gemelas, de forma misteriosa, ganan la clasificación para la gran carrera.

Nina es una niña de nueve años que sueña con ser reportera. Lo último que esperaba encontrar al abrir su armario era... ¡Un conejo! ¡Rosa! ¡Y gigante! Pero Nim no es solo un conejo rosa gigante, ¡Nim es un amigo invisible!

¡Pasen y vean! El circo ha llegado al barrio de La Alameda. Nina espera hacer un buen reportaje, pero al final es Nim quien termina más interesado, pues se enamora de la trapecista Valeria. El conejo idea un plan para encontrarse con ella, ¡pero termina encerrado con las fieras y convertido en una atracción más!

Mientras tanto, Nina descubre que el director del circo, Kristoff, planea algún negocio sucio con los animales. ¡Cuánto trabajo para la reportera! ¿Podrá salvar a Nim y a las fieras al mismo tiempo? Por suerte para ella, Federico estará ahí para ayudarla. Y también el aventurero y estrella de la televisión, Pedro Valenzuela. Claro que las cosas, como suele ocurrirle a Nina, no son lo que parecen...