Los padres de Pisco se preparan para asistir a una boda. Su hermana, la pequeña Anita, juega en casa de una vecina, y Pisco queda al cuidado de Margarita, su canguro, con la que sale a dar un paseo. Al pasar por delante de un bar llamado " La cueva del caimán " , Pisco siente curiosidad por conocer la historia de ese nombre, y Margarita le cuenta entonces la historia del valeroso Capitán Caimán, un fugitivo acusado de un crimen que no cometió, de su amada Marisa del Cerro y de su archienemigo el Capitán Diente Negro. Estas aventuras dejarán huella en Pisco, que a partir de entonces se convertirá en el Lugarteniente Nadie, el ayudante de su admirado Capitán Caimán.

Tras su primera entrega, La ciudad y la memoria, publicada en el 2004, Desusado estuche de mi memoria es el segundo capítulo de la biografía ciudadana y personal de José Manuel Sariego, quien trata de edificar una dialéctica cívica de los espacios públicos y plurales de los que es morador y sabedor de que la defensa personal de los territorios urbanos nos aleja de la tribu y de los egoísmos sociales. Este compromiso se nutre también en la vocación de explorar el pasado íntimo y colectivo para extraer su sustancia moral. En las estampas íntimas que, junto a los alegatos ideológicos y combates políticos, nutren este libro aflora la nostalgia justa, amamantada en los desvanes de la infancia y retenida en el amarillo de las fotografías.
«Que el relato de mis cosas se adorne de carne trémula o surja de las cenizas escondidas en un nicho del cementerio de Ceares carece de significación. Sólo interesa el grito que pasma, la emoción que contagia, el secreto que intriga, la confidencia que enternece o asusta, la noticia que sorprende, la narración que describe o inventa una verdad o una mentira hermosas.»