Los primeros capítulos de este libro abordan el estudio de las aguas subterráneas: su papel en el conjunto de la hidrosfera, el concepto de acuífero y las leyes que rigen la circulación del agua en su seno, condicionada por los parámetros hidráulicos que caracterizan el comportamiento de las rocas que lo constituyen. Uno de los objetivos principales es el de analizar la Hidráulica subterránea, en particular en lo que se refiere a las consecuencias del bombeo en un pozo, en distintas circunstancias, lo que permite cuantificar los parámetros hidráulicos del acuífero sometido a esa intervención. Finalmente se incluyen dos cuestiones complementarias: el estudio del funcionamiento de los manantiales y de la información obtenida a partir del control sistemático de sus aportaciones acerca de las características del acuífero; y se presenta de forma esquemática el uso de unas he¬rramientas tan importantes en los estudios hidrogeológicos como son los modelos matemáticos. Para incrementar la utilidad de esta obra en la docencia y el aprendizaje, se ha prestado una atención especial a la deducción razonada de las ecuaciones que describen los procesos estudiados y a su aplicación práctica, plasmada en los ejercicios incorporados a la mayor parte de los capítulos.

Podría pensarse que los numerales es un terreno demasiado explotado como para que el gramático vuelva sobre él con la intención de llevar a cabo nuevas prospecciones. Sin embargo, no es preciso profundizar demasiado en la literatura previa para advertir que han sido ciertos adjetivos determinativos (con capacidad para pronominalizarse) los que, casi en exclusiva, han venido recibiendo tal denominación.
Este trabajo se ocupa, sin embargo, de otros numerales: sintagmas de tipo de docena, millar, mitad o tercio.
En las siguientes páginas no solo se cubren, mediante el análisis detallado de tales unidades, las fisuras que al respecto revela la bibliografía. También se asiste al planteamiento de hipótesis que rompen con los datos ofrecidos hasta ahora. Sostiene el autor, por ejemplo, que no existen en el español de nuestros días multiplicativos genuinamente sustantivos. También distingue signos (categorialmente) distintos donde otros hablan de diversos valores, usos o sentidos de una misma unidad (v. gr. mitad/es – la mitad). Todo ello lo hace tomando como herramienta metodológica fundamental los principios aportados por la gramática funcional de español.