Amores torcidos es, al mismo tiempo, una historia de amor envenenada, una exploración de las consecuencias del trauma infantil y un recorrido por ámbitos tan distintos como la salvaje vida escolar de los años ochenta y la igualmente salvaje competencia entre abogados en el Madrid de nuestros días. Las distintas subtramas se alternan con precisión, buscando la reflexión del lector y que disfrute de un drama tan adictivo como la mejor novela negra.

La muerte. La muerte, tan aterradora e inevitable. Todo ser humano, de cualquier país, de cualquier raza, de cualquier condición social, piensa en ella cada día y, sobre todo, cada noche.
Recaredo Veredas aplica en estas páginas su particular mirada, entre humorística y filosófica, sobre la parca. El propósito de No es para tanto. Instrucciones para morir sin miedo es desmitificar un trance del que evitamos hablar a toda costa. Veredas aplica una perspectiva que transita desde los tanatorios a los abismos cósmicos, huyendo de la grandilocuencia y procurando que cada palabra sirva para aliviar al lector y ampliar su conciencia, siempre restringida por los tabús religiosos y morales.
No se promete que quien lea este libro salga iluminado y sin miedo a la muerte, pero sí que afrontará con más claridad un episodio que, como afirma el título, “no es para tanto”.

Un recobrador de morosos con veleidades literarias ve cómo sus ingresos disminuyen debido a la escasa calidad de los asuntos que le encomiendan los bancos. Siguiendo el consejo de un amigo, trata de mejorar su suerte contratando de forma esporádica los servicios de un matón ruso. Al principio tiene problemas de conciencia, pero a medida que la colaboración con el mafioso se traduce en resultados cede a la tentación de encargarle todas las gestiones de recobro. Además, él y su mujer pertenecen a un grupo de intelectuales de izquierdas —el Colectivo—, liderado por un joven aristócrata progresista vinculado con el mundo editorial, al que el recobrador intenta infructuosamente hacer la pelota. Y mientras se acumulan las evidencias de que el líder del Colectivo y su mujer le están engañando ante sus narices, el protagonista descenderá por una espiral de culpa, ira y autodestrucción en cuyo centro espera una soledad aterradora.