Abundan los libros acerca de cómo educar bien a los hijos. En cambio, no son tantos los que tratan de narrar la transformación interior que conlleva la crianza.
¿Para qué se nos dio un hijo? Para que aprendamos, ¿qué? Para que crezcamos, ¿en qué sentido?
Los hijos no vienen a satisfacer ninguna necesidad. En cambio, sí posibilitan una liberación. Habrá que preguntarse si queremos aprovechar esa oportunidad que la vida nos brinda; si estamos dispuestos a realizarnos de un modo que no teníamos previsto.
¿Significa esto dejar de lado la educación de los hijos? En modo alguno. Más bien al contrario: será el mejor modo de acompañarlos.
¿Cómo se puede ayudar a otro a crecer cuando ya no se está en disposición de hacerlo uno mismo?

El Apocalipsis de san Juan sigue siendo hoy un texto incomprensible para muchos creyentes. Al ofrecer el autor una relectura a través de un cuento, solo trata de crear un escenario en el que poder acercar su dimensión profética al hombre y la mujer de hoy, facilitar una puerta de acceso al contenido espiritual revelado al Vidente de Patmos para una posterior meditación personal y comunitaria. Al final de cada capítulo, el lector encontrará una síntesis a modo de confrontación entre la mirada del protagonista y la mirada de Dios, entre la desesperación y la esperanza, personificada en la mirada del ángel.

“Los hijos de Jo” es un cuento que trata de explorar toda la sabiduría espiritual que encierra la oración del Padrenuestro a través de las andanzas de un ambicioso rey destronado. Además, el cuento invita a meditar los contenidos esenciales de nuestra fe y a profundizar en ellos, por eso lleva incorporado un material complementario para cada uno de sus capítulos. Por tanto, es un material apropiado para el despertar religioso tanto de jóvenes como de adultos. “Los hijos de Jo” es un cuento breve y sencillo porque lo que importa no es tanto el cuento en sí como lo que le va a suceder al lector si se atreve a vivir como protagonista, abriéndose al Misterio y tratando de ser fiel a sí mismo.