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MITZE KATZE
ROMERO JOSE M
Editorial: Amargord Fecha de publicación: 10/09/2016 Páginas: 224Formato: Rústica
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La cultura occidental se constituye en un rincón del Imperio Romano, por la concurrencia de tres legados: el romano, el germánico y el hebreo-cristiano. La Primera Edad, entre los siglos V y XV, es el tiempo de los castillos y las catedrales; plasma entonces el orden cristiano feudal que incluye, en tensa relación, a la naciente burguesía urbana. La Segunda Edad, entre el Renacimiento y la Revolución Francesa, es el tiempo de imperios y monarquías, del capitalismo incipiente y las nuevas colonias, de aristocracias cortesanas, pujantes burguesías e ideas ilustradas. La Tercera Edad se abre a fines del siglo XVIII, con la revolución política de las burguesías y la revolución capitalista de la industria. Ésta despliega hasta sus últimas consecuencias una sociedad burguesa consolidada; aquella va derivando en una nueva conciencia revolucionaria. Ambas corrientes confluyen, de manera explosiva, en la larga crisis de la primera mitad del siglo XX, signada por dos guerras mundiales, cuyo fin se vislumbra hacia 1950. Fue entonces cuando José Luis Romero compuso esta magistral síntesis, admirablemente escrita, que presenta en términos claros y complejos a la vez el cuadro del gran proceso histórico de nuestro tiempo.
Este libro de José Luis Romero es la culminación de una larga investigación sobre historia medieval y, en particular, acerca de los orígenes de la mentalidad burguesa. Obra capital en la evolución de la producción del gran historiador argentino -que es asimismo una bisagra que da paso a sus estudios sobre política argentina-, aborda la constitución de la sociedad feudoburguesa que empieza a gestarse imperceptiblemente en el siglo XII y crece de la manera caótica que es propia de los grandes dislocamientos sociales. Mientras duró el proceso expansivo, desde aquella fecha hasta las primeras décadas del siglo XIV, una incontenible e incontrolable movilidad social había sido su principal característica, en virtud de la cual variaron confusa y permanentemente la composición de la nueva sociedad y la relación recíproca entre sus grupos. Con todo, a principios del siglo XIV se advertía ya en muchas regiones un principio de estratificación, muy marcado, sobre todo en algunas ciudades. Pero a partir del comienzo de la contracción económica que por entonces comenzaba a manifestarse, se fueron dislocando las relaciones precariamente establecidas y aparecieron, sobre todo en las sociedades urbanas, nuevas posiciones virtuales que constituían otras tantas posibilidades para quienes querían tentar la aventura del ascenso social. Una fuerte tendencia a la movilidad se advirtió también en las áreas rurales. Se conmovió la posición de la vieja nobleza y se vio aparecer una nueva, en tanto que ascendían y descendían los campesinos según su suerte en el juego de la nueva economía.
La presentación de la filosofía krausista en distintas instituciones, desde universidades hasta academias, y su difusión en diversas publicaciones, constituyó un fenómeno de enorme importancia para la cultura española de la segunda mitad del ochocientos. Todo el mundo culto participó o asistió a su discusión en cátedras y ateneos, en tertulias y corrillos. Los resultados de esta investigación arrojan algo de luz sobre la compresión que de la filosofía krausista se forjaron distintos sectores de la inteligencia española decimonónica, en concreto, ideólogos intrasigentes y moderados de la segunda mitad de siglo.