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El prestigio de Rabelais se ha forjado sobre su irresistible y excepcional comicidad, pero lo cierto es que fue un humanista que procuró aunar las tradiciones clásica y cristiana en una tercera, a la búsqueda de un tipo ideal de individuo que se alejase definitivamente de los razonamientos abstractos y «helados» de los escolásticos de la Sorbona, al reencuentro con la calidez de lo humano. Si Rabelais, médico, fue admirado entre sus contemporáneos como un hombre de gran erudición capaz de escribir en latín y en griego, sus novelas le convirtieron en un popularísimo escritor que se divertía haciendo saltar por los aires el lenguaje con sus juegos de palabras y sus razonamientos extravagantes, en un mundo dominado por gigantes y cretinos, borrachos y farsantes. Las dificultades de comprensión que a menudo han hecho ilegibles estas novelas se han salvado con unas notas de presentación que abren cada capítulo, en las que se da cuenta del sujeto satirizado y las circunstancias de la misma sátira. La introducción del libro, redactada para esta edición por uno de los mayores especialistas en Rabelais, el profesor Guy Demerson, servirá al lector español para acercarse al autor, su circunstancia y sus obras.
[Traducción: Gabriel Hormaechea / Prefacio: Guy Demerson / Notas:
Gabriel Hormaechea].
Pantagruel, rey de los dipsodas constituye la espléndida continuación de La extraordinaria vida del gran Gargantúa. Siguiendo el mismo tono paródico y sin perder su intención didáctica, Rabelais ofrece un soberbio fresco de la sociedad y la cultura de Francia -y, por extensión, de Europa- en la primera mitad del siglo XVI.
Autor de una obra singular dentro del contexto de la literatura de su tiempo y humanista de prodigiosa cultura, François Rabelais (1494?-1553?) abandonó primero la orden de los franciscanos y más tarde la de los benedictinos para estudiar en varias universidades francesas, obteniendo en 1531 en la de Montpellier el título de bachiller en medicina. Estimulado quizá por la condena que de «Pantagruel» había hecho la Sorbona un año antes, publica en 1535 "Gargantúa", obra inspirada en una tardía epopeya artúrica, en la que relata la infancia y adolescencia del protagonista hasta su primera victoria militar. A caballo entre el realismo grotesco propio de la literatura cómica popular de la Edad Media y la vertiente satírica del nuevo humanismo representada por «El elogio de la locura» de Erasmo, la obra de Rabelais se distingue, como observa Mijail Bajtín, «por una especie de “carácter no oficial” indescriptible y categórico, de tal modo que no hay dogmatismo, autoridad ni formalidad unilateral que pueda armonizar con las imágenes rabelaisianas». La presente edición corre a cargo de Camilo Flores Varela, responsable, asimismo, de la traducción.
Nueva traducción de esta obra cumbre de la literatura el Renacimiento, en la que, plena de ironía, su autor hace un apasionante retrato crítico de la sociedad y la cultura francesas de la primera mitad del siglo XVI. El texto se completa con cronologías, bibliografías y un índice de nombres y lugares que ayudarán al lector a penetrar en los múltiples recovecos de este libro genial.
• Estado: Bueno. Firmado en la página de portadilla.
• Traducción: Teresa Suero y José María Claramunda.
La obra de Rabelais posee encanto narrativo y gusto por el detalle, constituyendo una maliciosa y divertida sátira de la sociedad de su época.
Gargantúa es un gigante de un apetito descomunal, si bien su carácter es pacífico. Cuando llega a la edad conveniente es enviado a París para aprender humanidades. Gargantúa conoce a un curioso personaje, Jean des Entommeures, con el cual funda la abadía de Théléme, en la que son educados jóvenes de ambos sexos dentro de la más absoluta libertad. En Pantagruel, Rabelais nos narra toda la vida del personaje del mismo nombre, hijo de Gargantúa. Con él como medio se satirizan las instituciones y costumbres francesas a la vez que se parodian las novelas de aventuras.
A través de lo cómico y desmesurado de algunos pasajes se exponen las ideas renacentistas.