En 1990 el dibujante Pedro Arjona y el escritor Jorge M. Reverte se unieron para publicar en El País una serie policíaca protagonizada por la intrépida periodista Marta. Aquella primera aventura, Sol de invierno, en formato de tiras de cómic en blanco y negro, ha tenido una secuela en color veintiséis años después en las páginas de El País Semanal: Los tigres del Canal. La reportera prepara en esta ocasión un trabajo sobre la violencia de la corrupción en Centroamérica. Un escándalo tras el que se oculta la mano del dictador panameño Manuel Noriega y que lleva a Marta a solicitar la ayuda de Javier, su exmarido, espía del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Todo se complica cuando un comando secuestra a Javier en presencia de Marta y desencadena una compleja trama donde la vida de un hombre pone en cuestión la libertad de prensa.

Una montadora de cine es testigo de un intento de violación en las afueras de Madrid. Al querer ayudar a la vmujer agredida, mata de un golpe con un antirrobo al violador. Intenta denunciar los hechos a la policía, pero la víctima se niega: está avergonzada y, presa de un ataque de pánico, la convence para ocultar el cadáver y silenciar el suceso. La vida de la montadora de cine cambia radicalmente. Y lo hace aún más cuando oye en un telediario que el aspecto de un policía que investigaba a una red de tráfico de drogas coincide con el del violador que ella ha matado accidentalmente. Presa de una obsesión, decide dejar su trabajo y acercarse a la familia del policía muerto: su mujer, su hija… Pedro Arjona vuelve al cómic con una historia basada en la novela "Desgracias personales", de Carlos Pérez Merinero, uno de los míticos autores de la novela negra española.