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En 1898 los marcianos atacaron la Tierra. H. G. Wells escribió la crónica de aquella guerra entre planetas a la que los humanos no hemos dejado de volver una y otra vez, releyéndola, reconstruyéndola y recreándola con cada nueva generación. En el siglo XXI, esa inmensa fantasía apocalíptica sigue atrayéndonos tanto como el primer día, sigue hablando de nuestros días y nuestras vidas, sigue siendo la sombra a la que no dejamos de mirar. La guerra de los mundos nunca se acaba.
García y Olivares ?ganadores del Premio Nacional del Cómic en 2015 con 'Las meninas'? aportan su visión de 'La guerra de los mundos' en su segunda adaptación literaria tras la edición el pasado mes de febrero de 'El extraño caso del Doctor Jekyll y Míster. Hyde'. Cuenta además con ocho páginas de extras sobre diferentes partes del proceso gráfico de Javier Olivares, así como un texto de Santiago García sobre la aproximación que hacen a la obra de H. G. Wells y los trágicos ecos que desgraciadamente resuenan de este título en la actualidad.
El escritor Fernando Marías (1958-2022) contactó a Javier Olivares en 2009 para poner en imágenes la vida de Joaquín Pertierra, un misterioso ilustrador español nacido en 1919 y fallecido en 1981 que en los años de la guerra civil se vio envuelto en un brumoso episodio que le perseguiría a lo largo de su existencia. La colaboración entre ambos, Marías y Olivares, con la que gestaron un cómic, formó parte de 'El silencio se mueve', un libro publicado en 2010 por SM, hace tiempo descatalogado. Trece años después se edita 'El enigma Pertierra', donde ambos creadores recuperan aquel material y descubren nuevos aspectos fundamentales de la vida y la obra de Joaquín Pertierra.
Los textos de Fernando Marías, Javier Olivares, la comisaria de arte y gestora cultural Inmaculada Corcho y el diseñador gráfico Emilio Gil arropan una profusión de material gráfico, como el cómic de 32 páginas que incluía 'El silencio se mueve', cubiertas de libros, portadas de discos y de revistas, así como carteles de entre los años 50 y 70 del siglo pasado, bocetos ?material esencial del blog "El enigma Pertierra" en el que Javier Olivares ha ido vertiendo múltiple documentación gráfica y un variado anecdotario? y hasta una nueva historieta de cuatro páginas, ?Pertierra en París?.
Juego e investigación se dan cita en esta obra en la que Javier Olivares ha puesto un singular mimo y dedicación, y que se convierte también en un homenaje a la figura del gran escritor que fue el inquieto y empático, agudo y efusivo Fernando Marías.
La obra ofrece una visión interdisciplinar e internacional del estado del conocimiento sobre el comportamiento tributario y anima a los juristas a implicarse más intensamente, por un lado, en la investigación de un campo de estudio que le es propio y, por otro, en la incorporación del conocimiento disponible a su formación jurídica para que puedan estar en condiciones de mejorar la eficiencia de los sistemas tributarios, así como a establecer o en su caso fomentar la colaboración entre el gobierno y los ciudadanos. Además, los autores hacen un repaso exahustivo de la investigación en el mundo de habla hispana y ofrecen especificaciones metodológicas y conceptuales que hacen que el libro pueda ser una lectura valiosa para los profesionales y para los científicos del Derecho y del comportamiento tributario.
Se examinan los desafíos que representa el uso de la Inteligencia Artificial por parte de la Administración Tributaria, así como los riesgos de vulneración de derechos fundamentales.
La onda expansiva de un estallido y una pantalla de fuego a tres mil grados de temperatura, desatadas a más de quince veces la velocidad del sonido desde una furgoneta bomba, van a desintegrar el edificio en el que están reunidos los miembros de una secta, que perecerán desmembrados unos y quemados vivos otros. Una mujer llamada Victoria ha urdido esa espantosa salvajada enloquecida por su amor a un hombre: un amor impedido por otra mujer perteneciente a la cúpula directiva de la secta, que morirá en el ataque contra el edificio. Victoria ha sabido aprovechar el odio, el rencor y la sed de venganza de algunos antiguos miembros de la secta, cuyas vidas se desmoronaron a causa de haber pertenecido a esta, y convencerlos para colaborar en su plan devastador, en cuyos estragos resultará asesinada quien se interpone entre ella y el hombre del que se ha enamorado de verdad por primera vez en su vida. Esta demencial atrocidad no solo la van a perpetrar personas, sino que se sumarán fuerzas desconocidas, quizás divinas, quizás diabólicas, que aparecerán como cómplices inesperados y que abocarán a un desenlace tan espeluznante como sobrecogedor.
Evacuinera propone ideas y soluciones para ahorrar tiempo y esfuerzos en la cocina, y así poder disfrutar de las cosas importantes. Cocina para familias estresadas es un libro de recetas que pretende, desde el humor y el lenguaje fácil, aportar herramientas y soluciones para familias que se preocupan por la alimentación de sus hijos. Además, el libro está estructurado en diferentes capítulos que contienen ideas y recetas bien distintas según la situación, como organizar una cena romántica, hacer una barbacoa con amigos en casa o preparar recetas divertidas con los más pequeños.
Si toda colección de relatos sufre el pecado original de la heterogeneidad, en esta Función de pérdida, su autor ha tenido la deferencia de insertar un tenue marco estructural al conjunto: la mención al inicio y al final de una temática musical (que nunca es igual a la literaria) en torno a la obra Cuadros de una exposición, reunión de piezas también heteróclitas alguna de las cuales parece de especial significado en los días de la escritura de este libro, hablamos, claro de La gran puerta de Kiev. Es de agradecer que tal marco no constriña la gran libertad con que están construidos estos relatos, de asunto y fecha de composición muy variados, pero unidos por características que siempre distinguen la prosa de Bermúdez, como la orfebrería verbal, el medio tono que no quiere ser nunca solemne, la presencia del lenguaje como un personaje más y un medio de hacer avanzar la narración...
Pero también hay novedades en estos breves textos: la aparición de lo fantástico en varios grados y casos (p.e. Masilla, Loredo...), y lo que parece ser presencia de autoficción en otros (Astillas, Acepta mi odio, La heladería fría...). Seguramente sea la gratitud, expresada en homenajes a amistades o personajes del mundo literario, una clave agradable de este libro, en momentos tan da- dos al adanismo y la ausencia de referentes. Desde el epígrafe de su admirado Nabokov a las dedicatorias con nombre y apellidos se plantea un recorrido de admiración al pasado desde la independencia del presente. Y el título, claro, que se refiere a uno de los intereses permanentes del autor: la gestión de calidad, pero sobre todo a la contemplación de la vida como sucesión de pérdidas, que configuran una visión sentimental a la par que sin concesiones de la literatura y de la existencia.