La vida de Virginia Cherrill (1908-1996) proporcionaría material para varias vidas..., y, sin duda, también para un trepidante guión cinematográfico. Muy joven se convirtió en icono de Luces de la ciudad, una de las películas más importantes de Charles Chaplin, y luego formó parte de la crème del mundo del espectáculo en Hollywood y Nueva York. Primera esposa de Cary Grant, tras su divorcio se estableció en Londres y se integró en la alta sociedad. Amante del marajá de Jaipur y condesa por su matrimonio con un aristócrata inglés, Cherrill renunció a su posición y a su fortuna al conocer a quien fue su cuarto marido, un joven aviador polaco, durante la Segunda Guerra Mundial. El regreso a los Estados Unidos marca un rumbo más tranquilo a su existencia, pero el recuerdo de sus años de juventud quedará en unas conversaciones grabadas. La casualidad llevará a Miranda Seymour hasta esas cintas, y el fruto de su investigación es una crónica de un tiempo irrepetible, la época de entreguerras, a los dos lados del Atlántico, y, ante todo, la historia de una mujer que atrajo a su biógrafa «por su fe en el espíritu humano, por su amor a la vida y por sus claros valores».

Miranda Seymour (1948) es autora de diversas obras de narrativa y varias biografías, entre las que destacan las dedicadas a Henry James, Robert Graves y Mary Shelley. En España (en la editorial Circe) ha publicado Hellé Nice (2005) y En la casa de mi padre ganadora, en 2008, del prestigioso PEN/Ackerley Prize.

Uno de los mayores retos de Miranda Seymour como biógrafa: trazar la figura de un padre muy especial y explorar, de paso, los rincones más secretos de su propia familia. Sincera, valiente, ágil y sobrecogedora a veces, es, asimismo, el magnífico retrato de toda una época y una clase social.

Entre 1929 y 1936 una figura de mujer destacó en los Grand Prix y rallies automovilísticos de Europa y América. Hellé Nice (Hélène Delangle, 1900-1984) era la más profesional y competitiva del reducido grupo femenino presente en los precarios circuitos de la época, donde la muerte solía ser una más de los participantes.