Lo lamentamos, pero este libro no está disponible en estos momentos.
El creciente interés por la lexicografía desarrollado durante los últimos decenios en España (como en todo el mundo) echaba de menos este libro clásico de Manuel Seco, agotado desde hace varios años. Estaba formado por estudios publicados o escritos entre 1977 y 1987, a la sombra de su prolongada dedicación a la lexicografía práctica. Al volver a editarlos ahora, la colección aparece incrementada con otros correspondientes a los años 1988 a 2002, con lo cual queda más que duplicado el número de los capítulos y el volumen de la obra.
Tres son las líneas en que ha desarrollado Seco estos trabajos: problemas y métodos, lexicografía histórica, y crítica de diccionarios generales. A la primera dirección pertenecen dos capítulos, “Problemas formales de la definición lexicográfica” y “El contorno en la definición lexicográfica”, que han llegado a ser de cita obligada en cualquier estudio relacionado con la técnica del diccionario, y cuyos puntos de vista se ven reflejados en algunos diccionarios recientes. En otras páginas se comenta el singular “método colegiado”, tan distinto de los normales métodos de autor único y de equipo con director; la presencia no siempre bien definida del elemento diacrónico en los diccionarios generales; el difícil entendimiento entre el autor y el usuario de un diccionario, y el papel de la informática en la elaboración de diccionarios modernos, partiendo del importante proyecto en marcha de un nuevo diccionario catalán.
En el tema de la lexicografía histórica, que constituye la segunda dirección, delimita Seco las características de este género y describe los ejemplares más ilustres de él, para centrar la atención sobre el Diccionario histórico de la lengua española que, según proyecto de Julio Casares, publicaba la Academia Española desde el año 1960. Esta obra es tratada aparte también en un artículo monográfico.
En la tercera línea figura una serie de indagaciones sobre diccionarios antiguos y modernos, algunas panorámicas –“La lexicografía moderna no académica”, “Lexicografía del español en el fin de siglo”–, otras dedicadas a obras y autores individuales. Los diccionarios académicos son contemplados desde distintos ángulos: una fuente (Covarrubias) del Diccionario de autoridades; el primer diccionario “usual” (1780) de la Academia; la Academia, criticada por Rufino José Cuervo; la presencia del léxico hispanoamericano en los diccionarios académicos; en sentido inverso, el impacto de estos en la lexicografía hispanoamericana, y, por último, la interesante aventura del Diccionario manual. Y algunos lexicógrafos de particular y merecido interés en épocas muy distintas –Covarrubias, Domínguez, Moliner– son también objeto de atención en otros artículos.
A pesar de esta diversidad de orientación, los problemas y métodos de la lexicografía no solo están presentes en la primera parte del libro, sino que afloran con frecuencia a lo largo de las páginas restantes. En cierto modo, este volumen es emanación natural de la vida profesional de su autor. Manuel Seco, miembro de la Real Academia Española desde 1980, aparte de haber publicado varios libros sobre nuestra lengua, entre ellos el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, lleva sobre sus espaldas una larga experiencia de lexicógrafo que se resume en los treinta y un años en que colaboró, primero como redactor jefe bajo la dirección de Rafael Lapesa, y después como director, en el Diccionario histórico de la lengua española de la Real Academia; y en los casi treinta años –parcialmente superpuestos a aquellos– que le ocupó la dirección del Diccionario del español actual, publicado en 1999 y en cuya elaboración trabajaron a su lado Olimpia Andrés y Gabino Ramos. Precisamente a esta obra está dedicado el último de los capítulos del presente libro.