San Juan de la Cruz nos lleva a un viaje, en el interior del hombre, de la oscuridad a la luz. Así a través de sus grandes obras y creaciones simbólicas, describe el paso del alma por la noche hasta el matrimonio místico y la glorificación de esta en el fuego del amor divino. Porque al pasar la noche, el alma se encuentra con el Dios Trinitario, el “Padre de las lumbres”, el “Hijo como resplandor de la gloria del Padre” y el Espíritu Santo como “llama de amor viva”. De esta forma, el Doctor místico da sentido a nuestras sombras, mostrando que la oscuridad más densa está plagada de luz.