Los peregrinos caminan buscando la maravilla, que puede manifestarse a cada paso: sobre todo cuando se encuentran con otras personas, otros peregrinos. Cuando la maravilla les invade, se detienen, la saborean y retoman la peregrinación con el deseo de volver a encontrarse con ella.Los peregrinos modernos hacen todo esto, pero además reflexionan con la ayuda de las ciencias. Las ciencias modernas nos han sacado de la pobreza material en que vivíamos hasta la Edad Media; pero también nos han invitado a reflexionar sobre nuestros momentos de encuentro con la maravilla. En concreto, las ciencias humanas han advertido de la insanidad psicológica o de la alienación social en que podemos caer cuando experimentamos la maravilla ante diversas situaciones de la vida.

A veces la vida diaria nos invita a la profundidad: a acceder al interior de nosotros mismos y al interior de la realidad.En efecto, muchas vivencias que 'nos pasan' en el día a día también 'se nos pasan': se olvidan, no dejan rastro. Pero otras no, porque dejan dentro un signo vivo: algo pequeño y cálido que resiste al olvido y se agita dentro de nosotros en forma de tristeza o de alegría persistentes. Esta agitación va retornando de vez en cuando, urgiéndonos a tomar cartas en el asunto.En el caso de algunas de estas vivencias persistentes, tomar cartas en el asunto se ha concretado en describirlas, conectarlas con otras vivencias, buscar palabras de otros para nombrarlas. Es así como lentamente los signos vivos crecen, renovando nuestras relaciones con la gente, con el mundo y con la Realidad última, el Misterio de todo lo que vivimos. La vivencia persistente se convierte en signo de una Presencia escondida en la vida.Este libro es un compendio de signos de una Presencia, instrumentos de mística diaria. Cada breve capítulo empieza con una vivencia, sigue con una reflexión que busca conexiones con otras vivencias, en un tercer momento se relacionan citas de tradiciones humanistas o religiosas, y se cierra con preguntas.