En ocasiones con pocas palabras se puede atrapar un pedazo de realidad. No hace falta crear textos largos para expresar algo que nos emociona. Estas líneas son sensaciones, pensamientos dispares, historias diversas o detalles amorosos que a algunos pueden conmover e incluso sorprender. Aparece la naturaleza desnuda y percibida desde una mirada virginal. Luego nos adentramos en el mundo de la noche que nos puede deparar gratas aventuras si tenemos la audacia de despojarnos de prejuicios. ¿Cómo definir un gozo o un arrebato y traducirlo en una línea? Sensaciones es un intento de captar una fragancia o plasmar la turbación de un destello. Recuerdos que nos acompañan o nos persiguen durante un tiempo. Encontrar el verdadero motivo por lo cual uno pasa horas y horas escribiendo. Pensamientos dispares e inquietantes que nos asaltan durante la noche. Rasgos de una historia que concentran toda una vida pero que pasan desapercibidos. Detalles amorosos con los que podemos identificarnos y que nos permiten contemplar lo absurdo de nuestro comportamiento si caemos bajo el embrujo del amor. Y hay hasta momentos eróticos que también forman parte de nuestra vida. Un libro con mirada propia que no dejará indiferente al lector si se atreve a ir más allá, cuestionando esas anquilosadas reglas que rigen nuestras vidas.

¿Se puede reflejar una parte de la realidad en un folio? ¿Cabe un mundo personal alrededor de 750 palabras? ¿Son suficientes o necesitamos ocupar varias páginas para expresar una mirada, una sensación o un recuerdo? Durante casi tres años el autor tuvo la manía de anotar meras divagaciones, de intentar apresar sensaciones que percibía, y también de fabular pequeñas historietas que imaginaba y las publicó en un semanario de Benicarló. Anuncios, ficciones, recuerdos de la infancia, evocaciones perdidas, múltiples retazos que reflejan un amplio abanico de miradas, forman parte del itinerario de este libro. La ironía es un arma poderosa que podemos utilizarla para sostener nuestra precaria existencia y no cogerse las cosas a la tremenda, nos sugiere el libro. También hay momentos cálidos, tiernos, múltiples ensoñaciones, sentimientos que se evaporaron y hasta ramalazos poéticos. Es una invitación para iniciar un viaje lleno de incertidumbres, de búsquedas y también de alegrías, que vale la pena aventurarse, si uno desea encontrarse con un destino que ni siquiera había sospechado.