En Modos de persuasión se recupera una secuencia de trabajos de crítica que pretenden cierta coherencia teórica que va más allá del enunciado del título: son ejercicios de persuasión que aspiran a intrigar al lector con su argumentación y a inducirle a discrepar, a intervenir en suma, sobre una temática sólo aparentemente lejana. Se trata de momentos artísticos, autores o tendencias formales que de alguna manera hicieron transitables caminos abiertos e imaginativos en la abrupta historia narrativa de la cultura occidental. El esteta victoriano Bosanquet, Marcuse, Walter Benjamin o Canetti son algunos de los cómplices en este diálogo ininterrumpido.

En El espacio intermedio se reúnen algunos textos de diferente calado e intención sobre el arte de hoy y los problemas estéticos que plantea la percepción contemporánea de la obra de arte. Son más bien interpretaciones, si se quiere, de marcado acento temporal, que intentan, sencillamente, implicar al lector en el proceso de apreciación y discusión del arte, su historia y las narrativas que a lo largo del tiempo nos han aproximado a su origen y configuración. Es cierto que las obras de arte tienen algo de casual. «Sintetizan una azarosa coincidencia de factores perceptivos, sensibles, históricos e incluso narrativos que van más allá de la voluntad del artista. Cada obra de arte nueva es algo así como un canto rodado,una pequeña piedra de la playa que el artista lanza con fuerza en ese mar que es el tiempo. Por lo general se hunden apenas tocan el agua y sólo algunas vuelan rasantes sobre la superficie y trazan un garabato fugaz que desaparece con el batir de las olas. En raras ocasiones dejan una pequeña estela que dibuja un motivo insólito sobre el agua: esta es la obra de arte. Alguien convertirá en historia de los signos aquella marca fortuita apenas entrevista. Ese alguien es el lector.»

Un año entero es un cuidado trabajo crítico que recorre el panorama artístico contemporáneo. Una revisión ininterrumpida que participa en el debate sobre las nuevas tendencias estéticas en torno al que llamaríamos arte occidental moderno, al tiempo que las inserta en la tradición historiográfica. Estos textos, en principio reflexiones sobre acontecimientos artísticos puntuales, se articulan siempre a partir de una preocupación recurrente del autor: «el espacio de mediación que ocupa la obra de arte autónoma entre la inteligencia y la sensibilidad, dos cualidades del entendimiento humano que nos califican a todos por igual para la apreciación artística». Un diálogo abierto, en suma, acerca de artistas y obras de arte ejemplares que definen nuestro criterio estético en el momento actual de identidades movedizas, marcado por la dispersión y el mestizaje cultural.

En El momento estético se reúnen una serie de trabajos de crítica artística redactados durante los últimos años. En alguna medida, completa una primera entrega que con el título El espacio intermedio se publicó en esta colección. Son pues trabajos que comparten idéntica convención estética e insisten en la singularidad de la obra de arte y en las dificultades de una recepción enriquecedora cuando, como sucede en nuestro tiempo de una manera más bien sintomática, el núcleo y referentes históricos y formales que activaron el origen y estructura de los objetos artísticos se difumina aceleradamente. Se incluyen además algunas breves entrevistas que pueden interesar al lector contemporáneo por la entidad de los interlocutores: historiadores, críticos y artistas que han marcado con su apreciación sensible la mirada moderna.