www.paquebote.com > JOSE MARIA
En 1614, una embajada japonesa llega a Sevilla y el samurái Hasekura dirige la expedición a la que acompaña un sevillano, el franciscano Luis Sotelo. El propósito de la embajada era abrir una ruta de comercio entre Japón y España, y conseguir para los franciscanos un segundo obispado. Cuando la embajada se encuentra en Europa arrecia la persecución de los cristianos en Japón. Hasekura se bautiza en Madrid en presencia del rey Felipe III y es recibido en Roma por el papa Paulo V. No obstante, la poca representatividad de la embajada y los informes desfavorables que llegan al Consejo de Indias obligan a Hasekura y a Sotelo a un difícil regreso, sin haber conseguido nada. Alrededor de una docena de samuráis se quedan en la villa de Coria del Río y sus descendientes adoptan el apellido Japón
Los ejércitos y armadas de la Monarquía Hispánica fueron pioneros en la formación de una fuerza profesional especializada en el combate a bordo de sus naves: así, sobre las gastadas huellas legadas por los classiarii romanos y otras fuerzas análogas del Bizancio medieval, por orden del emperador Carlos V, en 1537 dieron sus primeros pasos los tercios del mar. Este cuerpo de los ya temidos tercios españoles estaba consagrado al servicio en las flotas de la monarquía y al desempeño de toda clase de operaciones anfibias, es decir, funciones todas ellas propias de verdaderas fuerzas especiales modernas, las cuales serían heredadas, a su vez, por los Batallones de Infantería de Marina, fuerza sucesora de la anterior, creada en 1717. La conformación de estos cuerpos antecede históricamente en más de dos siglos a la fundación oficial de los Royal Marines británicos y de los archiconocidos marines de Estados Unidos e integró una fuerza pionera cuya trayectoria se extiende, casi sin interrupción, hasta la actualidad. Desde los grandes encuentros navales de las Guerras Napoleónicas y la Guerra de la Independencia, pasando por las fuerzas expedicionarias enviadas a las guerras de emancipación hispanoamericanas, las Guerras Carlistas, la lucha por la posesión de Cuba y Filipinas, los cruentos conflictos habidos en Marruecos durante el primer tercio del siglo XX o los campos de batalla de la Guerra Civil, la Infantería de Marina española logró sobrevivir a los avatares de la historia como un cuerpo de probada eficacia y reconocido prestigio. Fiel a su tradición, actualmente la Infantería de Marina española constituye una fuerza internacionalmente respetada, no solo como unidad de élite dentro de la rama de las fuerzas especiales y anfibias de todo el mundo, sino por su destacado concurso en todas las misiones en las que, como fuerza de paz, ha intervenido y sigue interviniendo en la actualidad.
Las redes del terror traza la historia de las policías secretas de la Europa comunista, cómo se formaron e iniciaron su actividad represiva. Describe su labor de espionaje, la acción para combatir la disidencia y la vigilancia que ejercieron sobre la población. Se centra primero en la policía secreta soviética (desde la Cheká, el NKVD y el KGB) para analizar después otros tres casos (la Stasi en la República Democrática Alemana, la Securitate en Rumanía y el SB en Polonia). Estudia la influencia de las actividades de las policías en las transiciones a la democracia y los 'conflictos de memoria' causados por la exposición al público de los nombres de los delatores y colaboradores. Como ejemplo de la acción de las policías secretas, el autor utiliza documentos inéditos, parte de ellos relacionados con España, los españoles y las labores llevadas a cabo por sus espías en nuestro país. Éste es un libro sobre lo que significa la vigilancia y la represión y, aunque se refiere específicamente a la época comunista, entronca con los debates en torno a Facebook, WikiLeaks y la vigilancia por parte de las agencias estatales y las empresas de redes sociales.