Este libro es ante todo una colección de relatos y testimonios que nos ofrecen una visión poliédrica de la más reciente historia de nuestro país desde la óptica del movimiento obrero. Pero además es mucho más que eso, y lo es por varias razones. La primera de ellas es que permite múltiples lecturas. Es un libro válido desde el punto de vista de la historiografía puesto que presenta, de manera rigurosa, una colección de fuentes orales que ha de servir a quienes se aproximen al estudio de estas etapas para conocer mejor las posiciones políticas y las estructuras y base social de las organizaciones obreras y de sus protagonistas. Con ello, hemos intentado que sea «la voz de la experiencia» la que proporcione tanto el relato de los hechos como la interpretación de los mismos, limitando en lo posible la mediación de los historiadores en la construcción del discurso para trasladar a los lectores los beneficios de la inmediatez del testimonio oral. El libro alberga también un lugar para la memoria. Estos testimonios nos legan memorias individuales que esperemos puedan contribuir a la formación de una memoria colectiva de la dictadura, la transición y la democracia más justa con quienes lucharon de verdad por las libertades y la justicia social.

El narrador que nos habla en esta novela desde el estrado de un congreso de escritores en Long Island nos cuenta que trabajó para la revista Esquire y, más tarde, fue editor en Knopf. Y lo hace delante de «personajes reales» como el escritor James Salter o el crítico Denis Donoghue. Pero ¿es verdad todo lo que se cuenta aquí o se trata de una ficción?
Concebida como un monólogo improvisado por un escritor y editor excéntrico y misterioso llamado Gordon Lish, con sus libros y su sed de whisky a cuestas, Mi romance trata –más que de literatura y autores, más que de su ejercicio como famoso y controvertido editor, más incluso que de su psoriasis o sus ropas holgadas o sus posibles «romances» o su relación con el dinero– de la familia y de la vecindad de la muerte: dos de sus temas habituales. Y ambos son abordados en clave tanto de humor como de intriga; aunque en un sentido, digamos, beckettiano.
Estas páginas parecen tejidas, como ya señalara la crítica norteamericana, a partir de una madeja llena de nudos, y nos hablan del aparente desorden del mundo, su complejidad y su extrañeza. Pero al extender ese hilo sin desenredar del todo, el tejido que obtendremos, caótico en parte para algunos, será en todo idéntico a muchas vidas contemporáneas, un sudario perfecto incluso.
¿Caos o, más bien, pequeñas miserias? ¿Cinismo o, en realidad, verdades profundas? No estamos ante una novela «fácil», no; aunque quién dijo que la vida era fácil.

• «Una nueva historia motivadora del autor de El bus de la energía y prohibido quejarse • Un libro imprescindible para poder desarrollar todo tu talento Esta es una historia simple que te permitirá cambios profundos en tu vida. Jon Gordon te invita a realizar un viaje gracias al cual encontrar sentido a tu trabajo y por lo tanto a tu vida. Siempre que plantes la semilla en un terreno fértil, esta crecerá hasta convertirse en una planta o un árbol fuerte y vigoroso. Si plantas la semilla en un terreno árido no conseguirás nada. A través de la historia de Josh, el personaje de este libro, oel lector se podrá plantear cuáles son las razones que tiene para hacer lo que hace, se planteará qué es lo que le hace feliz y también en qué tipo de terreno quiere sembrar su semilla, es decir en qué temas quiere dedicar todo su talento y capacidad