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Abejas de cristal
Ernst Jünger
Editorial: Alianza Fecha de publicación: 05/06/1995Formato: 12,5 x 20 cm.
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Con la publicación de este libro concluyó Tusquets Editores la edición de los ensayos de Ernst Jünger sobre «problemas de nuestro tiempo», reunidos por él en el tomo séptimo de los dieciocho que conforman sus Obras completas. En 1988 inaugurábamos esta misma colección Ensayo con La emboscadura. Le siguió El trabajador, La tijera y Sobre el dolor, que incluía además La movilización total y Fuego y movimiento (Ensayo 11, 18 y 28). Y aparece, siempre en traducción de Andrés Sánchez Pascual, a quien hemos confiado el cuidado de las obras de Jünger, este tercer volumen, que reúne tres ensayos fundamentales para conocer el pensamiento de este ya centenario pensador. Son ensayos de carácter metapolítico, materia en la que Jünger es consumado maestro. La paz (1944) fue el único libro que, aparte de sus Diarios, escribió durante la segunda guerra mundial y en él anticipa con clarividencia muchos hechos que están sucediendo en nuestros días. El nudo gordiano (1953) es un profundo análisis de las antítesis y convergencias que operan entre el Este y el Oeste. Y El Estado mundial (1960) describe una utopía de paz que, pese a todos los obstáculos, está haciéndose realidad lentamente bajo distintas formas y variantes. Leídos con pasión en el mundo entero por quienes siguen con curiosidad e interés el desarrollo de la Historia, estamos convencidos de que estos textos encontrarán también aquí y en Hispanoamérica a lectores atentos a la sensata y audaz sabiduría que emana de ellos. Por expresa indicación de Ernst Jünger se añade al final el discurso que pronunció en Verdún el 24 de junio de 1979.
«Haced como los relojes de sol: contad sólo las horas luminosas.» (E. Jünger)
La vastedad de sus múltiples saberes y la incombustible curiosidad que Ernst Jünger sintió por todos los ámbitos de la cultura humana se ponen ampliamente de manifiesto en El corazón aventurero. Redactado en una primera versión en 1929, el autor sometió este ensayo a una profunda reelaboración a lo largo de los años treinta —cuando publicó obras tan fundamentales como El trabajador, o Sobre los acantilados de mármol—, y, finalmente, en 1938 sacó a la luz esta segunda versión.
Bajo el epígrafe de «Figuras y caprichos», las páginas de El corazón aventurero componen un fascinante caleidoscopio de reflexiones, anotaciones acerca de lecturas y personajes literarios, descripciones de paisajes y ciudades o meditaciones sobre las secretas afinidades que a un perspicaz observador de la naturaleza como Jünger no pasaban inadvertidas. Además, la pasión que, como es sabido, sintió siempre por ciencias como la cristalografía, la entomología o la botánica hacen que sus observaciones sobre plantas, animales o rocas se conviertan en auténticas reflexiones metafísicas. Finalmente, la inclusión de breves e inquietantes cuentos, pesadillas, recuentos de sus paseos por los arrabales berlineses o fragmentos de diario aproximan el libro a los temas característicos del surrealismo.
«Viajamos a través del texto», escribió Ernst Jünger. Y ese periplo literario y vital lo inauguró Jünger con una fuga adolescente a tierras africanas poco antes de la Gran Guerra y se prolongó con iniciaciones en el horror bélico, emboscaduras, viajes psicodélicos y acercamientos al muro del tiempo curtidos en el dolor de la Historia.
"Juegos africanos" (1936) narra el desengaño de un adolescente que ha sublimado el continente negro mediante el prisma mitificador de sus lecturas juveniles. El joven Berger, alter ego de Jünger, huye del hogar paterno en busca de aventuras en el corazón de África. Influidas por la literatura picaresca y la novela de formación, las andanzas de Berger, animadas por toda una fascinante tropa de vagabundos y antihéroes conradianos, concluyen con una amarga moraleja. A esta nueva traducción de Juegos africanos se le añade un texto inédito que representa el mejor epílogo a la novela: Carta a un amigo desaparecido (1930), un canto melancólico a la amistad y al corazón aventurero, una epístola elegiaca dirigida a uno de los personajes más sugestivos de Juegos africanos, Benoit, el veterano camarada de la Legión Extranjera que sedujo a Jünger con sus relatos sobre las maravillas del opio y de Indochina y le secundó en su frustrada tentativa de deserción.
En la antigua Islandia, al hombre que había entrado en un grave conflicto con la sociedad (de ordinario a causa de un homicidio) le quedaba un recurso: la emboscadura. Aquel hombre se retiraba al bosque, se convertía en un emboscado. Allí vivía de sus propias fuerzas, apoyado en sí mismo. Se convertía en su propio sacerdote, su propio médico, su propio juez. A veces lo acompañaba su esposa. El «bosque» es aquí un lugar espiritual, metapolítico. Hay bosque en los desiertos y hay bosque en las ciudades; lo hay en la soledad y en la colectividad. El Emboscado es, según Jünger, la tercera figura de este siglo, junto al Soldado Desconocido y el Trabajador. Y también es la persona singular, soberana, que se enfrenta a toda forma de opresión.
«Un libro hermoso, lleno de conocimientos profundos y verdaderos y formulaciones muy bellas [...]. Algunas páginas de la caminata por el bosque muestran que el autor está muy bien y profundamente informado políticamente.» Golo Mann
Novela visionaria y llena de simbolismo, "Sobre los acantilados de mármol" narra la destrucción de la Marina, un antiguo y civilizado país situado junto a las aguas, cuyos habitantes se dedican al cultivo del trigo y de la vid. Al norte se hallan los acantilados de mármol, que separan la Marina de la Campaña, donde viven los pastores. Al borde de los acantilados viven el narrador y su hermano Otón en la Ermita de las Rudas, adonde se retiraron después de la guerra que dio lugar a la disgregación en la Marina. La amenaza provenía de los bosques y del señor que allí reinaba, el Guardabosque Mayor. Un día, los dos hermanos descubren «la barraca de los desolladores»: el lugar adonde los habitantes de los bosques llevan a sus víctimas, las mancillan y descuartizan, un hallazgo que desencadenará la guerra contra las huestes del Guardabosque Mayor.
«"Sobre los acantilados de mármol" fue publicado en Alemania a finales de 1939», afirma Andrés Sánchez Pascual en su esclarecedor prólogo, «cuando acababa de comenzar la segunda guerra mundial, y produjo una enorme conmoción. Sus millares de lectores de entonces encontraron en él la acusación más clara y contundente contra la tiranía que en aquel momento reinaba en muchos países de Europa, no sólo en Alemania».