"En busca del viento perdido" muestra el enfoque polifacético de Enrique Ramírez, que entrelaza fotografía, escultura e instrumentos de navegación en su cautivadora obra de arte.

Destaca por su trabajo en fotografía, cine y escultura, centrado en temas del mar y la naturaleza. Su obra es mundialmente conocida y figura en colecciones de museos y fundaciones como el MoMA de Nueva York, el MACBA de Barcelona y el PAMM de Miami.

El libro incluye una amplia entrevista entre Ramírez y Gilles A. Tiberghien, profusamente ilustrada con numerosas imágenes. A través de este diálogo, profundizan en la obra de Ramírez, su visión artística y su proceso creativo.

Enrique Ramírez nació en 1979 en Santiago de Chile, actualmente vive y trabaja entre París y Santiago. Su obra combina vídeos, fotografía, bandas sonoras, instalaciones y narraciones poéticas. A Enrique Ramírez le gusta trabajar con historias dentro de historias, ficciones a caballo entre distintos países y épocas, espejismos surgidos de la brecha entre sueño y realidad. A menudo utiliza imágenes y sonido para desarrollar intrincadas tramas que logran un sutil equilibrio entre poesía y política. Su mundo imaginario de temas entrelazados está anclado en un elemento obsesivamente recurrente en la raíz de todas sus meditaciones: el mar como lugar de la memoria en perpetuo movimiento sobre el que puede proyectar narraciones en las que el destino de Chile se cruza con relatos épicos de viajes lejanos, conquistas y mareas migratorias cambiantes. Sus imágenes inspiradas en el mar cuentan una desconcertante historia de la verdad siempre esquiva, así como la corriente de la historia, siempre la misma pero nunca idéntica.

¿Qué tipo de hombre logra navegar una vida inundada por terror y muerte?.

Ahora en pleno siglo XX, el Sofonías de nuestra historia jamás le huyó a la verdad amenazante del destino. Aferrado misérrimo enfatigoso abrazo con su fortuna. Una que estrangula su tenue y tímido espíritu y le sonríe de lejos con muecas fantasmales, grotescas y ridículas. Los agravios envenenaron su alma y lo sumieron en torrentes de venganza, odio y desesperación. Su terco aferramiento al pasado causó heridas profundas que jamás cicatrizaron y forjaron su carácter díscolo.