9788419008251
El retorno del Gran Juego «Reflexiones sobre la invasión de Ucrania»
Duque Pajuelo, Félix
Editorial: Abada Fecha de publicación: 23/06/2022 Páginas: 70Formato: 16 x 12,5 cm.
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Hegel. La Odisea del Espíritu reúne la totalidad de las conferencias pronunciadas en el congreso homónimo que, coordinado por Félix Duque, se celebró en el Círculo de Bellas Artes y la Universidad Autónoma de Madrid entre el 28 de mayo y el 1 de junio de 2007 con motivo del segundo centenario de la publicación de La Fenomenología del Espíritu. El congreso reunió a los mayores especialistas en la obra del pensador alemán y el resultado es una aportación de primer orden a los estudios hegelianos, un libro de referencia imprescindible para quien quiera adentrarse en el magma de ideas y sugerencias de su libro capital.
Incluye ensayos de Félix Duque, Volker Rühle, Walter Jaeschke, Jorge Pérez de Tudela, José María Ripalda, Eduardo Álvarez, Dietrich Von Engelhardt, Antonio Gómez Ramos, Klaus Vieweg, Ángel Gabilondo, Jacinto Rivera de Rosales, Paolo D’Angelo, Christoph Jamme, Vincenzo Vitiello y Klaus Düsing.
Como el lector, hoy, podrá apreciar, los ensayos están hogaño ordenados como antaño se sucedieron las sesiones del Congreso, es decir: cada articulista interpreta y escribe para su coleto y el de sus lectores un capítulo o tema de la obra. Y así se va siguiendo con regular obediencia la sobresaltada vía de las experiencias de la conciencia, o sea: tal como la obra fue concebida entre –Hegel dixit– dolores del parto de un mundo nuevo que, de no haberse malogrado tan pronto, habría hecho de aquélla, efectivamente, palabra de ayer.
Del «Preámbulo» de Félix Duque
«Todo lo que el hombre de genio demanda para exaltarse es materia espiritual en movimiento. No le interesa hacia dónde tiende el movimiento –sea a su favor o en contra– y la materia en sí carece por completo de importancia», dice Edgar Allan Poe en una de sus «Moralia». El término «materia espiritual en movimiento» –contradictorio en sí mismo– define en su ambigüedad la difícil y escurridiza figura de Edgar Allan Poe. Su impulso, el del hombre de genio, supuso un aliento imprescindible –a través, sobre todo, de la influencia que ejerció en los poetas simbolistas franceses– en los comienzos de la modernidad. En el plano personal, dicho impulso fue siempre una rémora: basta con recordar su penosa vida y las insoslayables dificultades materiales y personales que se le presentaron para llevar a cabo su tarea.
Poe, como le sucede también a su gran comentarista e intérprete Baudelaire, no deja indiferente a ningún lector y sigue encarnando las contradicciones propias de la modernidad: gusto por el arcaísmo e intuiciones de futuro; lecturas fervorosas de la tradición y calas no menos intensas en la cultura popular y mediática de su tiempo; creador de una obra singular y hasta irreducible a las simplificaciones de la taxonomía crítica que buscaba también el éxito comercial, el aplauso de los lectores.
Los ensayos que componen Poe. La mala conciencia de la modernidad buscan interrogar desde distintos ángulos
las múltiples caras o facetas de la obra del escritor norteamericano, y en especial su sorprendente capacidad para seguir aguijándonos, planteando preguntas incómodas y respuestas inestables que son la cifra más visible de su
modernidad, su pertinencia.
Incluye ensayos de David Cunningham, Julián Jiménez Heffernan, Enrique Lynch, Mario Ponzi, Patrick Paul Quinn, Jaime Siles, Dorothea von Mücke y Félix Duque.
Des de la Càtedra Ferrater Mora va semblar que el bicentenari de la mort de Kant era una excel·lent excusa per reunir cinc dels millors coneixedors de la seva obra i per demanar-los que mostressin altra vegada la vigència del seu llegat. Aquest volum recull les seves aportacions, que aborden alguns dels grans temes kantians: pensar i conèixer, el concepte, el plaer de la reflexió, el goig estètic, la teoria metafísica sobre l?espai i el temps. Cinc lliçons que arrelen en el pensament d?un autor mort fa dos-cents anys, però que continua plantejant qüestions d?una força i una actualitat indiscutibles. Com sol passar en aquests casos, el Simposi no era necessari per confirmar que Kant és un clàssic, però ha estat extraordinàriament positiu per tornar a comprovar que nosaltres hi podem aprendre molt quan continuem llegint i repensant els seus textos. Al capdavall, és Kant mateix qui va dir que no existeix pròpiament la filosofia sinó el filosofar.