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Andaba sola por el prado. Rumiaba noche y d¡a,d¡a y noche.Todos estaban preocupados:—Si sigue as¡ de rara…la vaca Condesa perder la cabeza!Los cuentos no solo estimulan la fantas¡a, sinoque cumplen una función terap‚utica porqueayudan a canalizar los sentimientos. Cuando elniño lee o escucha que, por fin la vaca sonrió, yaque necesitaba un poco de mimo como todosde vez en cuando, podr de pronto reconocersea s¡ mismo o reconocer esta urgencia de afectoen el otro y, como en esta historia, resolverlo.Este es un relato sobre la importancia del afecto:el de uno hacia s¡ mismo y el de nuestro entorno.Ambos son imprescindibles.