Premio Principado de Asturias Fundación Dolores.
El monte de la calavera es una historia de familia contada y vista por tres mujeres: la madre agónica, deseosa de irse de esta vida donde fue una niña despojada de todo lo que amaba, desde que tuvo que dejar la escuela para marcharse a trabajar de sirvienta a la ciudad y llevar, ya adulta, una existencia similar de renuncias e insatisfacciones; la hija mayor, abadesa, dura, fría, que parece contemplar el mundo y sus gentes con el ojo de un entomólogo ante la visión de los insectos de su jardín, y autora de una novela, donde saca a la luz las sordideces y mezquindades domésticas; y la más vulgar y vulnerable, la hija nacida no como su hermana de la gratitud y de la necesidad de amparo de su madre, sino de un acto de rebeldía e insumisión de ésta contra las normas opresoras que se le imponían. Un relato de familia compuesto de muchas historias cruzadas, en el que todos los personajes tienen su razón de ser y no son material superfluo ni de relleno.

Roxana es hija única. Lo tiene todo, excepto la presencia y el cariño diario de sus padres, dos reconocidos bioquímicos que viajan continuamente. Un día, Roxana recibe un mensaje en el móvil: «Si quieres saber algo que te interesa sobre tus verdaderos orígenes, telefonea a este número y a continuación pregunta por Marcela». En ese momento, comienza un viaje sin retorno en busca de la verdad, y también del amor.

Esta es una historia de descubrimientos: del descubrimiento de la fe en quien se admira y se quiere, y de que la amistad, como todas las manifestaciones del amor, puede brotar entre una niña y un anciano. Gabriela, la protagonista, es inquieta, observadora, curiosa, nada le es ajeno, y una tarde en que sube a la buhardilla de su casa a jugar con sus amigas, encuentra a un viejo misterioso dormido en el felpudo. Este hombre no es el mendigo que aparenta, sino alguien que causará un beneficioso desorden en su vida.

Serie Morada

Jimena no se viste según los cánones de la moda, se pasa las horas enfrascada en la lectura o perdida en sus fantasías, escribe poemas y cuentos, y pesa muchos más kilos de los que se consideran «correctos» para una chica de su edad. Sus gustos y su peso son diferentes y no encajan bien con los de sus amigos, quienes la consideran «un bicho raro». Un día de verano aparece Samuel, un chico que también se atreve a ser diferente y con quien Jimena vivirá una hermosa historia de amor.