Las mujeres de estas tres obras amaron a todos los hombres. Ahora se encierran en un jardín, una casa, tal vez una isla, un ordenador, a veces un museo, donde siempre nieva o llueve, una nieve muy densa que hace del espacio un lugar irreal. Hablan con descaro del sexo masculino, del desvarío y la locura, para festejar el placer y el cuerpo. Todas ellas creen desear al hombre, pero lo hacen a través del universo de la máquina, averiguando la intimidad en las interacciones entre los cuerpos, humanos y no-humanos. Estas correspondencias arrolladoras, que tal vez no vayan a ninguna parte más que al interior de las tripas, acabarán siendo una exploración íntima en torno al placer y al autoplacer. No es a ellos a quienes buscan. Es el deseo. “Algo más profundo e irreal que un simple hombre. Porque el cuerpo tiene una memoria prehistórica. Y es insaciable”.

El esperado debut novelístico de Carla Nyman, «firme promesa» de la escritura en lengua española (El Cultural).

Una madre y una hijahan cometido un crimen y están dispuestas a confesarlo. Un delirante thriller almodovariano en la costa de Almería.

«Con toda la seguridad, uno de los debuts más originales del panorama literario español.» Sara Barquinero

Una chica ha matado a su novio con la ayuda de su madre. Es verano y el calor aprieta en la costa de Almería mientras pasean su cadáveren una silla de ruedas. Tomando el sol y bebiendo cócteles en garitos de playa acompañadas del muerto, la hija llama insistentemente al juez que tal vez podría instruir su caso para ponerle las cosas fáciles: son culpables y está dispuesta a contarle con todo detalle cómo lo han matado y por qué. Pero el juez no contesta y salta el buzón de voz.

La premiada dramaturga y poeta Carla Nyman debuta en la novela con este delirio almodovariano,un machetazo revestido de risa histérica que lanza bruscos interrogantes sobre el deseo, la feminidad, los celos, el sexo y el amor.

La crítica ha dicho...

«¡Qué bruta es Carla Nyman! Se trata de una brutalidad deliciosa la suya, comparable en sus tensión a Elfriede Jelinek y en sus delirios a Amélie Nothomb. Con todo, Carla Nyman no es aquí otra cosa que ella misma: una de las mejores poetas y dramaturgas de su generación, que con Tener la carne pone el listón bien alto para la nueva narrativa.» Luna Miguel

«Como si Almodóvar dirigiera un guion de Ariana Harwicz. Entre lo absolutamente enfermizo y el extrañamiento más salvaje, Tener la carne no solo nos introduce en un delirio perfecto, sino que con toda seguridad es uno de los debuts más originales del panorama literario español.» Sara Barquinero