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Prólogo de Claudio Magris.
Campo de concentración de Natzweiler-Struthof sobre los Vosgos. El hombre que acaba de llegar junto a un grupo de turistas una tarde de verano no es un visitante cualquiera: es un ex deportado que con la distancia de los años ha regresado al lugar donde fue encerrado. De pronto, frente al barracón y el alambre de espino transformados ahora en museo, el flujo de la memoria comienza a discurrir y los recuerdos afloran cargados de dolor y de emoción. Escrito con un lenguaje crudo que no cede a la autocompasión, Necrópolis es un libro autobiográfico intenso y escalofriante. Si Boris Pahor nos cuenta su experiencia para que la memoria no se pierda y la historia no haya sucedido en vano, lo que nos regala no es solo el fiel testimonio de la atrocidad de los campos de concentración nazis, sino también un emocionante documento sobre la capacidad de resistencia y la generosidad del individuo. «Necrópolis, considerada desde hace décadas una de las obras maestras de la literatura del Holocausto, es un libro excepcional que logra combinar el absoluto del horror -siempre aquí y ahora, presente y ardiente, eterno ante Dios- con las complejidades de la historia, de la relatividad de las situaciones y de los límites de la inteligencia y la comprensión humanas» (Claudio Magris, del prólogo). «No hay modo de evitar la mirada valiente y directa de Boris Pahor. Su nombre ha estado justamente relacionado con los de Primo Levi, Imre Kertész y Robert Antelme» (Süddeutsche Zeitung).
Boris Pahor nació en 1913 en Trieste. Después de graduarse en Padua, enseñó literatura italiana y eslovena en Trieste. Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con la resistencia antifascista eslovena y fue deportado a los campos de concentración nazis, experiencia que le ha marcado de por vida y cuya huella podemos encontrar en gran parte de su riquísima producción literaria. Ha sido propuesto en varias ocasiones a la Academia de Suecia para el Nobel de Literatura. En 1992 su actividad literaria fue reconocida con el Premio Preseren, máximo galardón esloveno. En Francia fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura y en 2007 recibió la Legión de Honor de manos del presidente de la República francesa.