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El autor reconstruye todo un periodo a partir de testimonios gráficos y orales que muestran la vida cotidiana de la emigración andaluza.
Durante los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado cientos de miles de andaluces dejaron sus hogares para buscar un futuro mejor en diversos países europeos. Alemania, Bélgica, Francia y Suiza fueron los principales destinos de un éxodo masivo de trabajadores que adquirió tal magnitud –por las cifras de emigrados y por su significación económica, social y cultural– que ha sido calificado como el “fenómeno de la emigración española”. Las fotografías que ilustran el periplo migratorio de los trabajadores andaluces no son únicamente un recuerdo en el álbum familiar, sino que configuran un relato, una narración colectiva, y se constituyen como un documento histórico fundamental para revisar aquella etapa. Son un ejemplo de que “lo más íntimo es lo más universal”, como afirma la escritora Annie Ernaux. Raíles y maletas no ofrece un estudio basado en informes y datos estadísticos, sino la reconstrucción del periodo a partir de los testimonios gráficos y orales de los propios protagonistas, contextualizados por el autor de un modo que los hace significativos. A medio camino entre el ensayo y la narrativa, el trabajo de Rafael Jurado huye del academicismo sin renunciar al rigor, optando por la innovación literaria y por un discurso ameno, revelador y apto para todos los públicos.
¿Tienen algún punto en común la Teología con la Inteligencia Arti¬ficial? ¿Hay algún punto de encuentro entre la fe y los robots? ¿Cómo afectan a la religión los vertiginosos cambios tecnológicos que estamos viviendo? ¿Puede a su vez la práctica de la fe impactar en el desarrollo de la tecnología y la ciencia? Son algunas de las preguntas que intenta responder este libro. El lector que pacientemente llegue al final juzgará si lo ha conseguido. La Teología busca mantener un diálogo vivo con la cultura del mo¬mento, de forma que el mensaje cristiano sea relevante para el hombre de hoy. Para ella es vital mantener contacto con los desarrollos de la cultura en general y de la ciencia y tecnología en particular; de ellos se alimenta, y puede descubrir en ellos tanto una fuente de reflexión como una interpelación crítica. Vivimos en el mundo del ChatGPT, del iPhone 15, de los drones y la Inteligencia Artificial. La Teología necesita conside¬rar esos inputs para realizar su trabajo, y el cristiano tiene el desafío de transmitir el mensaje de Jesús en y a través de ellos. Este libro, sencilla-mente, busca ser una herramienta que ayude a conseguirlo.
La vida que propone Jesucristo, ¿es posible vivirla en el tercer milenio? ¿Sigue siendo atractiva su propuesta en el siglo XXI o, por el contrario, resulta anticuada y pasada de moda, cuando no imposible? ¿Es un ideal inalcanzable? ¿Es un modelo que ya a nadie atrae, a nadie le interesa? Esas son algunas de las preguntas que el libro que tienes en tus manos, querido lector, aspira a responder. Sólo tú dirás si, al terminarlo, ha conseguido su objetivo. “Vivir cristianamente es razonable” tiene dos partes. Una que podríamos denominar de “Teología Fundamental”, donde se trata de hacer patente la racionalidad de creer en Dios y aceptar a la Iglesia Católica como institución querida por el mismo Jesucristo, afrontando todos los inconvenientes históricos, teológicos y morales que supone este reconocimiento. Y, en un segundo momento, se intenta ofrecer una panorámica de los debatidos temas morales que presenta la vivencia coherente de la fe católica, intentando hacer ver no solo su racionalidad y lógica, sino también su atractivo. Pero, en definitiva, estas páginas no quieren convencer a nadie de nada: simplemente suponen una invitación a pensar la realidad con ojos cristianos, para descubrir así su atractivo y cómo todavía el catolicismo tiene algo que decir a los hombres y a las mujeres de hoy.
«La percepción de haber vivido una vida plena depende tanto de lo vivido como de la habilidad de rememorarlo ». En 1959, y tras perder sus tierras y posesiones durante la Revolución cubana, la familia de los Belmonte se instala en Tuxpan, Veracruz. Atrás quedarán toda una vida y un extraño proyecto arquitectónico concebido por Alejo Belmonte: la casa de la memoria. Un proyecto que irá fraguándose de generación en generación, casi como una obsesión, sustentado en la creencia sencilla y antigua de que nuestros recuerdos queden preservados en un espacio arquitectónico. Es esta una novela de asombrosa transparencia y de arquitecturas reales e imaginarias pero de contundente eficacia literaria; su original estructura dialoga con los juegos formales de Italo Calvino. Juan Rivera Arroyo ya es, con esta tercera novela, uno de los escritores jóvenes más singulares: un arquitecto de la forma o, mejor aún, de la palabra. Aquí, las ventanas iluminan, los espacios fluyen, los rincones recuerdan, los muros oprimen... y narran. Este libro es la otra cara de la moneda de la literatura mexicana de hoy.