Has tocado esta piedra, este trozo de ruina o de frontera violentada, y tu puño es al desamparo exigua y leve fuerza de quien no aprieta suficiente, de quien intuye ausencia de maestros. Pero no ambicionas tal derroche. Tan sólo juegas a robarle el alma. La estrechas, la deslizas por la cara mientras llueve y se limpia su volumen. Piedra más gris, color universal: indicio de las ondas en el agua. «Pobreza en el entorno» Antonio Díaz Mola (Málaga, 1994) es estudiante de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga, donde además de postularse como futuro doctorando, publica artículos como Concepción de una Verdad al margen del canon, o 500 años y 19 imposibilidades. En este último cuestiona la monogamia como sistema tradicional en crisis. Con el presente libro de poemas bajo el título Apostasía, en virtud del cual deja de ser poeta inédito, recopila a lo largo de tres secciones poemas que, en diferentes dimensiones, desafían la idea absoluta del Dios único que ejerce su dominio sobre todo núcleo de seres pensantes. Anteriormente ganó el Premio de Poesía Ateneo de Málaga, con una serie de poemas bajo el epígrafe El palacio de Laura, volumen que nunca se publicó, y que según el propio autor «es de agradecer que esa obra jamás vea la luz».

El aire dividido consiguió un accésit del Premio Adonáis 2023 por constituir ?un sorprendente cancionero amoroso de gran virtuosismo formal, que esconde una ironía contra el mundo, concentrándose en una amada que se convierte en eje de su universo?, según manifestó el jurado.

Estructurado en tres apartados, que van desde lo anecdótico, cotidiano y contemplativo, pasando por la escritura de dos sextinas en las que se pone el acento en la intimidad del vínculo amoroso, hasta culminar en una tercera sección de enorme carga pasional y sexual, El aire dividido muestra el desarrollo de una relación de pareja -donde cada uno es él mismo- entendida como una atmósfera sensual compartida, que, a su vez, es ámbito de galaxias y parques, de tálamo y cafés, de silencio y música, y que pretende ser la expresión absoluta del amor carnal, vivida en su máxima intensidad y temporalidad.

La pericia rítmica del autor, el dominio de las imágenes, el empleo de un lenguaje culto en perfecta conjunción con el uso de un tú retórico de carácter conversacional y la gradación ascendente a la que se ve sometida la aventura febril que Díaz Mola expresa consiguen hacer de este libro un referente espléndido de la más ardorosa poesía de índole conyugal en nuestro país.