Hasta hace muy poco tiempo, los estudios sobre la vida de María Rosa de Gálvez (¿1768?-1806) se reducían a unos pocos datos, siempre repetidos, algunas maliciosas suposiciones y no pocas habladurías. A principios del siglo XX, algunas aportaciones abrieron nuevas perspectivas sobre su figura, pero ha habido que esperar hasta el XXI para que estudios detallados y en profundidad descubrieran tras ella una fascinante personalidad. Autora de una obra cuya cuidada edición en la Imprenta Real requirió de tres tomos, representa una figura destacada entre las escritoras en lengua castellana, en especial por la riqueza y calidad de sus tragedias, que dedicó a menudo a personajes femeninos, tal y como lo prueban las tres que se recogen en este volumen: "Safo", "Blanca de Rossi" y "Zinda".
El monólogo –ácido, divertido, desgarrador– de una vieja actriz que repasa su vida y su carrera.
Anne-Marie, una vieja actriz, desgrana sus recuerdos. Evoca su infancia en una pequeña ciudad del norte de Francia; la juvenil fascinación por Brigitte Bardot, cuyas fotos recortaba y pegaba en un álbum; el hechizo del teatro; su llegada a París con diecinueve años; el encuentro con Giselle Fayolle, alias Gigi, desde el principio destinada a convertirse en una estrella... Se conocieron cuando compartieron escenario en las representaciones de Berenice: entre ambas hubo amistad, pero también rivalidad; sus carreras transcurrieron en paralelo y Anne-Marie se convirtió en la confidente de Gigi, cuya vida amorosa era mucho más agitada que la suya.
Un batir de alas, un relámpago, un golpe contra el suelo. Satán se retuerce de dolor. Nace el dolor. Satán se levanta. Nace la rebelión.
Dios y Satanás, obediencia o rebeldía. Adán y Eva. Estos cuatro personajes protagonizan este cuento lleno de rabia y furia, contado por un ciego, Milton, que significa una cantidad considerable de nuestra cultura occidental.
Pero este Paraíso perdido es de Helena Tornero, una escritora extraordinaria para un cuento extraordinario. A la manera de los griegos Helena hace suyo el relato y el valor de los personajes cambia desde su mirada. Al texto de Tornero, autora, directora y traductora teatral, se le suman las magníficas ilustraciones de Paula Bonet. Este Paraíso perdido es una delicia para hacer teatro. Todo es sugerencia, símbolo, y la palabra es música.
El mercader de Venecia, escrita entre 1596 y 1598, es una tragedia romántica muy representativa de la obra de William Shakespeare. En esta pieza teatral hallaremos a algunos de los personajes más icónicos de la literatura shakesperiana: el prestamista usurero Shylock, dispuesto a cobrarse sus deudas de la forma más sanguinaria; el mercader Antonio, antítesis del anterior, quien asumirá los riesgos financieros de la aventura sentimental de su amigo Bassanio, poniendo su amistad incluso por encima de su propia carne; y la acaudalada huérfana Porcia, quien, con su aplastante superioridad intelectual y audacia, conseguirá doblegar las voluntades de cuantos la rodean. Esta apasionante obra, dividida en cinco actos, disecciona el alma humana para adentrarse en una cuestión que, más de 400 años después, sigue gozando de plena actualidad: hasta dónde es capaz de llegar el poderoso con tal de cobrarse una deuda de quien todo lo ha perdido.