Diario de un lobo «Pasajes del mar Blanco»

En 1991 el periodista polaco Mariusz Wilk se instaló en las islas Solovki, en el mar Blanco, a 170 kilómetros del Polo Norte. Estas islas son un auténtico microcosmos: «en ellas -dice- se ve Rusia como el mar en una gota de agua». Fueron en su día centro de la iglesia ortodoxa y de la cultura monacal, campo de experimentación de innovaciones tecnológicas y utopías sociales, sede de la más antigua prisión política zarista y del primer campo de trabajo de la Unión Soviética. Ahora son un resto desmantelado, un dramático espejo donde la vida cotidiana de la Rusia se refleja en sus contradicciones, miserias y grandezas. Wilk es un autor de culto cuya obra ha sido comparada con la de Kapuœciñski.


Mariusz Wilk nació en 1955 en Wroclaw. Fue editor del boletín del sindicato clandestino Solidaridad y sus actividades le llevaron a ser detenido y encarcelado. Fue corresponsal en Moscú para la Gazeta de Gdansk; en 1991 se instaló en las islas Solovki, en el mar Blanco, y más tarde a orillas del lago Oniega, en Carelia. Diario de un lobo se publicó en 1998 y ha sido traducido al francés, al inglés y al alemán. «Aunque éste es un libro de viajes, decididamente no es una celebración sensiblera de las costumbres locales de una comunidad remota. El sentimentalismo de las crónicas de la Madre Rusia hechas por corresponsales extranjeros irrita terriblemente a Wilk, que trata de evitar estereotipos y generalizaciones» (The Independent).