Este libro reúne artículos concisos pero profundos sobre una amplia variedad de santos, beatos y venerables. Cada texto, escrito por expertos destacados en la espiritualidad de estos grandes orantes, destaca los aspectos más únicos y relevantes de su vida de oración, revelando una impresionante diversidad de riqueza espiritual inspirada por el Espíritu Santo a lo largo de la historia de la Iglesia. Estos retratos nos ofrecen una valiosa perspectiva de la vasta herencia de orantes que han enriquecido y continúan enriqueciendo la vida eclesiástica, mostrándonos de nuevo el rostro «católico» de nuestra Iglesia madre a través de sus figuras más ejemplares: los santos.
La palabra, especial instrumento del espíritu para «decir» la vida del cuerpo y del alma, alcanza una vida propia cuando resuena como eco de la Palabra trascendente que, según la fe bíblica, descendió hasta los hombres en la persona de Jesús de Nazaret. Por ello, hemos ido dando realce a la que Él pronunció y fue filtrada por los evangelios. Desde que salió de su boca, ella hizo su recorrido hasta encontrar al receptor de cada tiempo, con mayor o menor eficiencia de acuerdo con las disposiciones de recepción y «traducción». Y nos dimos cuenta de que no basta con oír el sonido de la palabra en el evangelio, altavoz que la transporta hasta el presente. Es necesario abrir su corteza y liberar el espíritu, divina luz que ella encierra, esperando que alguien la escuche, la «interprete» en el drama de la vida y la transforme en la verdad que libera. (…) Las meditaciones de este libro pretenden ayudar a hacer la interpretación de la palabra bíblica en fragmentos de vida, adherida a la exhortación del discípulo que escuchó, en directo, la Palabra y experimentó, en persona, el Amor: «no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y según la verdad» (1Jn 3,18).
No te asustes por el título. «Teología Fundamental» puede evocar una ardua y sesuda tarea intelectual, al margen de la vida de fe que humilde y cotidianamente llevamos. Sin embargo, todos nos hemos preguntado alguna vez ¿Cómo se manifiesta Dios? ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo explicarlo? Y, también, ¿Cómo responder a ese Dios que se revela? ¿Es la fe un sentimiento, unas ideas, un estilo de vida? ¿Cómo seguir auscultando su voluntad? ¿Qué pinta en ello la Iglesia y el Magisterio? ¿Cómo hacer creíble, vivible y amable la fe?
Las páginas que tienes en tus manos quieren orientar las respuestas a estas y otras preguntas, ofreciendo los criterios y las ganancias que la reflexión teológica, atesorada en la Sagrada Escritura y en la Tradición eclesial, ha ido adquiriendo a lo largo de los siglos. Para ello, después de una breve primera sección, en la que se dibujan los contornos de la reflexión teológica y de la Teología Fundamental, encontrarás un desarrollo ?segunda sección? que quiere mostrar los signos de la radical apertura del ser humano a Dios, así como las claves del fenómeno religioso para evitar posibles vivencias insuficientes. A continuación ?tercera sección?, expondremos los rasgos esenciales de la Revelación del Dios, uno y trino, así como el despliegue de su transmisión en la Historia. Por último ?cuarta sección?, ofreceremos unas claves para comprender cómo se puede y se ha de responder positivamente al Dios revelado en Jesucristo por la fuerza de su Espíritu, y algunos elementos que puedan hacer creíble la fe que nos une. ¡Seguro que con la lectura y reflexión personal o compartida de estas páginas, saldrás ganado!
La imagen de las diversas Órdenes y Congregaciones de Vida Religiosa Apostólica se asemeja a una iglesia con preciosos vitrales, integrada armónicamente por muchas piezas: vivencia de los votos, vida de comunidad, pertenencia, formación, vida espiritual, apostolado, carisma, gobierno, discernimiento, etc. Cada uno de estos elementos ayudan a dar vida a los discípulos y apóstoles del Señor Jesús, pero entre todos, el autor quiere enfocar estas páginas desde un aspecto que es central y motivador: la caridad pastoral. Pero ¿de qué tipo de caridad hablamos? ¿Por qué la caridad tiene que ser pastoral para los Institutos de Vida Apostólica y no de otro tipo?
No cabe la menor duda de que la caridad pastoral forma parte, deliberada y deseada, del anuncio de la Iglesia. Es el corazón de la espiritualidad cristiana y de la santidad. Es la participación en la caridad de Cristo encarnado, prolongado, historizado y actualizado en el amor palpable a las personas. La caridad pastoral de Jesús, que «da su vida por las ovejas» (Jn 10,11), es una llamada a cada cristiano: enraizada en Cristo, vivida en cada vocación y concretada en las necesidades del Pueblo de Dios, con especial atención a «los más frágiles de la tierra» (EG 209).
El testimonio de este amor de caridad es también parte integrante de la vida del consagrado; supone la relación íntima y personal con Cristo, seguimiento e imitación de sus actitudes, una forma de vida que aquí hemos titulado «enamorada».
“Cuando hablamos de espiritualidad laical —nos dice el autor— entendemos, sencillamente, decir cómo vive el cristiano laico su ‘vida según el Espíritu’, su fidelidad cotidiana al Evangelio en lo concreto de su existencia diaria: en su familia, en su trabajo, en su profesión, en el ámbito de las realidades temporales (…). Dicho de otro modo, cómo va creciendo cotidianamente en Cristo y cómo va haciendo su camino de santidad, mientras asume el sufrimiento de los hombres y se compromete a cambiar la historia”. El presente volumen recoge diversos textos, inéditos y llenos de frescura y calidez, que nos permiten acercarnos al corazón del cardenal Eduardo Pironio como un valioso aporte a la espiritualidad contemporánea. Es muy importante presentar su visión sobre esta temática, en un momento en que la Iglesia toda está llamada a protagonizar la sinodalidad como estilo de vida, novedoso por un lado y con una larga tradición por otro.
Mauro Leonardi, en este pequeño y precioso libro sobre el Via Crucis se centra en la figura de María, la Madre de Jesús y Madre nuestra. A través de sus ojos, con la fuerza de la oración y la belleza de la poesía, guía al lector para poder revivir las horas amargas en las que el Hijo de Dios se sacrificó por nosotros para salvarnos.
En la ciudad de Granada, la devoción por Jesús del Rescate es un amor que perdura a lo largo del tiempo, arraigado en lo más profundo de cada corazón. Es una devoción íntima, un vínculo diario que se manifiesta en visitas constantes a la parroquia que lo acoge como su tesoro más preciado.
Jesús del Rescate, quien descendió de un taller en el Albaicín en 1718, es la imagen que reside en cada cartera, descansa en las mesitas de noche y cuelga en medallas sobre el pecho de sus devotos. El Señor de la Magdalena se encuentra en los estuches de los estudiantes antes de los exámenes y adorna los fondos de pantalla de los teléfonos que esperan noticias en las habitaciones de hospital. Una figura divina que se entrelaza con lo terrenal, como un vecino más en la Granada que ha observado durante tres siglos.
Conocerlo es una experiencia extraordinaria y apasionante en lo espiritual, una forma de acercarse a Jesús de Nazaret, recordar su pasión y muerte en rescate de la humanidad y celebrar la triunfal resurrección que da significado a la teología cristiana.