Querido Noah «Una historia real de amor y lucha en el corazón de África»

Yo me enamoré en África. He estado allí, en esos mismos bosques, en ese mismo río, bajo ese mismo sol, con esa misma gente empapándome bajo esa misma lluvia cálida torrencial que acompaña la caída del sol. Por eso te escribo, hijo mío, para que conozcas tu historia, que comienza con mi historia. Tus orígenes diversos enriquecerán tu acento con palabras y proverbios bantúes con los que me enamoró tu padre, quien me dio mil motivos para amar y ser amada.
Me despido de ti esta noche, pero antes te contemplo por última vez a través del velo de mi propia piel mientras el índice de mi otra mano hace girar, en sentido inverso, las manecillas del reloj de mi relato que ahora empieza, y descubro, como en un sueño, que desde siempre te anhelo, mi pequeño y querido Noah.