Mónica traza la vida de una bordadora desde su primera infancia en Barcelona hasta su vejez, ya en Bilbao, adonde se traslada. Pero esta novela es también una aproximación literaria a la histeria, una neurosis mal conocida y palabra tabú, utilizada actualmente más para lanzar el adjetivo correspondiente como insulto que para designar una enfermedad. Sin embargo, la histeria condiciona la vida de Mónica y de quienes la rodean.
Vista desde fuera, la de esta bordadora es una familia normal, parte de la burguesía catalana, y Mónica es una niña inteligente, estudiosa, soñadora, que se encuentra más cómoda con sus lecturas que con sus compañeras de colegio. El lector descubrirá, sin embargo, que su vida interior va mucho más allá de lo que se percibe a simple vista. En realidad, ni Mónica ni Mónica son lo que parecen.