Terapia

Del chileno Ariel Dorfman sabemos, entre otras cosas, que la crítica de EE UU lo respeta mucho, que su obra está traducida a 30 idiomas y que es autor de piezas de teatro como "La muerte y la doncella", además de haber concebido un libro de memorias, "Rumbo al Sur, deseando el Norte", ampliamente celebrado. "Terapia" arranca con la crisis nerviosa de un hombre ejemplar al que se decide tratar convirtiéndolo en algo así como un megarrealizador de "Gran Hermano" pero más: el enfermo podrá observar al detalle la vida cotidiana de una familia y condicionar su devenir. ¿Acción unidireccional? ¿Retroalimentación? ¿Cazador cazado?

Cuando Graham Blake —padre modelo, exitoso hombre de negocios y gurú del marketing de Clean Earth— sufre una crisis nerviosa, se interna en el Corporate Life Therapy Institute, donde el persuasivo y sibilino doctor Carl Tolgate le ha preparado un extraño tratamiento, estremecedor y erótico: podrá observar mediante un complejo sistema de cámaras la cotidianidad de una familia común… y controlar sus destinos. Atrapado en una espiral voyeurista que involucra a una misteriosa mujer, Blake trata desesperadamente de saber, antes que sea demasiado tarde, quién está controlando su vida, el futuro de su compañía y su propio corazón.

Novela de inquietante intriga psicológica, Terapia examina obsesivamente la vida de un hombre que se va desintegrando en un mundo de turbulencias económicas y crisis existencial. En momentos en que Europa entera enloquece con el espionaje televisivo, esta novela, precedida por una clamorosa acogida en Estados Unidos y Brasil, nos pone detrás del escenario de lo que realmente sucede cuando se levanta el perverso telón de este complejo fenómeno social.

«Tenía que suceder un día: un escritor, una víctima, un revolucionario capaz de ver a Dios en el vértigo de la experiencia. Tenía que suceder… pero no necesariamente acompañado de la accesibilidad y grandeza de Dorfman» (John Berger); «Es una de las voces literarias más importantes de América Latina» (Salman Rushdie); «Sus libros son tan enriquecedores como provocativos» (Julio Cortázar).