Una mañana lluviosa, dos gatitos con ganas de jugar encuentran una pequeña nube enganchada en la rama de un árbol. La cogen con mucho cuidado para que no se rompa y se la llevan a su mamá. La mamá amasa la nube, la divide en redondos bollitos y los mete en el horno. ¡Los panecillos de nube están listos! ¿Los gatitos podrán comérselos? ¿El papá los probará? ¿Esas esponjosas delicias saldrán volando? ¿Qué pasa cuando comes pan de nube? Pan de nube es el primer libro de esta gran artista coreana, donde ya se ve el deseo de encontrar nuevos modos de expresión visual. Los protagonistas, una familia de gatos, están hechos con papel y cartón y luego son fotografiados. Heena Baek consigue un contraste magistral entre el mundo plano y el tridimensional llevándonos al mundo mágico de lo cotidiano. Un libro para los que tienen la cabeza en las nubes, para los que se aburren los días de lluvia, para todas las familias?

Una niña y su mamá van a la vieja casa de baños de su barrio. A la pequeña le encanta meterse en la piscina de agua fría, nadar como un perrito, chapotear a gusto, sentirse campeona? Y aunque su mamá le advierte que se va a resfriar, ella se niega a salir. De pronto, aparece una abuelita muy extraña: ¡Es el hada del agua! La niña y la curiosa señora juegan, flotan, se sumergen y la pasan bomba. La pequeña querrá seguir viendo a su nueva y mágica amiga. Pero, ¿qué sorpresas la esperan al volver a su casa? ¿Volverán a juntarse? Heena Baek, prestigiosa y multipremiada artista, compone un álbum diferente, transgresor y atrevido en sus imágenes. Con su impactante técnica tridimensional, la autora expone los cuerpos, tanto en la infancia como a una avanzada edad, despojados de sus ropas; y lo hace con exquisita naturalidad y elegancia. A la vez, esta es una historia tierna y muy cercana a la vida de los niños, sus ganas de divertirse, su frondosa imaginación, su rebeldía frente a los límites paternos, su rutina cotidiana o la dichosa hora del baño envuelta en protestas. Un libro impresionante, para contar, mirar y hablar en familia de temas delicados de abordar, como la propia imagen corporal, la no discriminación de las personas ancianas o que no se ajustan a los cánones de belleza.

Una noche de calor sofocante, los vecinos de un edificio estaban desesperados porque no podían dormir. De pronto, ¡la luna comenzó a derretirse! La portera, una abuelita muy ingeniosa, recogió las gotitas y fabricó helados para todos. Los helados estaban fresquitos y ricos, así que todos pudieron dormir a pesar de tener los ventiladores y el aire acondicionado apagados. Cuando todo estaba en calma, dos conejos que vivían en la luna tocaron a la puerta. Se habían quedado sin hogar. Pero la abuelita encontró la solución también para ellos... Una historia en la que una comunidad de vecinos vive una ola de calor y una ola de amor. El cuidado de unos que ayudan a otros y el cuidado de la tierra y la luna. Un álbum muy recomendable para todos esos pequeños imaginativos, adoradores de la luna ¡y de los helados! Y, por supuesto, para los enamorados de esas abuelitas que con empatía y amor inventan momentos mágicos.

El protagonista de esta historia es un niño solitario que se entretiene jugando a las canicas. De pronto, un día, encuentra unas canicas diferentes. ¡Son caramelos! ¡Y además, mágicos! Come uno y el sillón le habla. Prueba otro y su perro le cuenta que no juega con él porque está cansado. Después llega su papá y le suelta un montón de órdenes y reprimendas. El pequeño come otro caramelo y, entonces, escucha que su papá le dice mil veces cuánto lo quiere. Se mete en la boca uno rosa y escucha a su abuela que está en el cielo, quien le aconseja que hagaamigos y disfrute. Con el último caramelo, la que se escucha es su propia voz invitando a otro niño a jugar. El pequeño, a través de la metáfora de los caramelos en la garganta, descubre que no está solo, que los demás le hablan y le quieren, y que cuando es él quien se atreve a hablar, evoluciona y deja atrás esa soledad para divertirse y compartir. La autora e ilustradora coreana, ganadora del premio The Astrid Lindgren Memorial Award, compone un curioso, extraño y conmovedor relato arropado por sorprendentes ilustraciones, integrando llamativos muñecos de papel maché fotografiados. De este modo, la artista logra un efecto tridimensional y extraordinariamente expresivo. Cada emoción de los personajes parece salir del libro en cada página. Es un álbum especial para los críos a los que les cuesta socializar, los que se sienten, a veces, marginados por sus pares o poco queridos. Seguramente, además, los niños querrán fabricar sus propios personajes con papel maché, arcilla, masa, plastilina o cualquier otro material. Un creativo recurso para jugar en familia o en el colegio. Un cuento perfecto para entender que es importante escuchar a los demás con un oído afinado, que no todo es lo que parece y que cuando uno halla sus propias palabras, se produce la magia: uno cambia.

El protagonista de esta historia es un niño solitario que se entretiene jugando a las canicas. De pronto, un día, encuentra unas canicas diferentes. ¡Son caramelos! ¡Y además, mágicos! Come uno y el sillón le habla. Prueba otro y su perro le cuenta que no juega con él porque está cansado. Después llega su papá y le suelta un montón de órdenes y reprimendas. El pequeño come otro caramelo y, entonces, escucha que su papá le dice mil veces cuánto lo quiere. Se mete en la boca uno rosa y escucha a su abuela que está en el cielo, quien le aconseja que hagaamigos y disfrute. Con el último caramelo, la que se escucha es su propia voz invitando a otro niño a jugar. El pequeño, a través de la metáfora de los caramelos en la garganta, descubre que no está solo, que los demás le hablan y le quieren, y que cuando es él quien se atreve a hablar, evoluciona y deja atrás esa soledad para divertirse y compartir. La autora e ilustradora coreana, ganadora del premio The Astrid Lindgren Memorial Award, compone un curioso, extraño y conmovedor relato arropado por sorprendentes ilustraciones, integrando llamativos muñecos de papel maché fotografiados. De este modo, la artista logra un efecto tridimensional y extraordinariamente expresivo. Cada emoción de los personajes parece salir del libro en cada página. Es un álbum especial para los críos a los que les cuesta socializar, los que se sienten, a veces, marginados por sus pares o poco queridos. Seguramente, además, los niños querrán fabricar sus propios personajes con papel maché, arcilla, masa, plastilina o cualquier otro material. Un creativo recurso para jugar en familia o en el colegio. Un cuento perfecto para entender que es importante escuchar a los demás con un oído afinado, que no todo es lo que parece y que cuando uno halla sus propias palabras, se produce la magia: uno cambia.