Flores de un solo día

Aimée Levrier llegó a Buenos Aires, procedente de Estados Unidos, cuando tenía ocho años; viajaba acompañada de su madre, Hanako, muda y de origen japonés. En esta ciudad construye una vida apacible sobre los cimientos de un pasado lleno de interrogantes, hasta el día en que recibe una carta remitida desde Nueva Orleáns anunciándole que ha heredado una fortuna. Si quiere descubrir el misterio de un origen anclado en la Segunda Guerra Mundial y averiguar lo que le depara el porvenir, tendrá que viajar a Luisiana sin más ayuda que las confusas pistas que le brinda su enigmática madre.

Impregnada de la filosofía del Ikebana japonés, Flores de un solo día refleja el cruce de distintos contextos vitales, diferentes culturas e idiomas que terminan por conformar una identidad coherente, una sintaxis de contrastes. El prodigio de esta novela es su perfecta simbiosis entre la narración, y la forma de adentrarnos en ella, a través de una prosa extremadamente sensible, con un ritmo por momentos extraño, exótico y familiar a la vez.

"Flores de un solo día", saludada por la crítica argentina como «uno de los mejores libros presentados este año», da a conocer a una de las voces más originales y prometedoras de la literatura hispánica actual. Como afirma Ricardo Piglia: «Una escritora norteamericana que se decide a escribir en español es un gran acontecimiento en la literatura contemporánea. Esa decisión encierra una poética de la extrañeza que este libro concentra con maestría y lleva al límite. A la manera de Nabokov o de Tanizaki, Anna-Kazumi Sthal logra la proeza de escribir una novela a la vez transparente y misteriosa (y sobre todo inolvidable)».

Hija de una japonesa y de un norteamericano sureño descendiente de alemanes, Anna-Kazumi Stahl nació al norte de Luisiana, Estados Unidos, en 1962, y se crió en la colorida ciudad de Nueva Orleáns. Su experiencia familiar la hizo crecer con el dinamismo y vitalidad de la mezcla de culturas de distintos continentes.

Comenzó a escribir de niña como un pasatiempo para los días de lluvia. A los dieciséis años viajó a estudiar a Boston, y luego a Tubinga, Alemania, desde donde recorrió Europa. Más tarde, en California, realizó un doctorado en Literatura Comparada. Cuando visitó por primera vez Buenos Aires, con una beca universitaria en el año 1988, sintió una gran atracción por la gente y su modo de ser, y quiso aprender el idioma. Se instaló en Argentina en 1995. Publicó en su segundo idioma, el castellano rioplatense, su primer libro, una colección de cuentos titulada Catástrofes naturales (1997). Flores de un solo día es su primera novela. Vive en Buenos Aires, donde escribe, trabaja como profesora de Letras y realiza traducciones.