• Edición de Adolfo García Martínez.
Para que una actividad como es la del campesino tenga continuidad familiar es necesario que los propios campesinos crean que merece la pena seguir con su modo de vida.
La crisis de reproducción del mundo rural tradicional no es reducible a la visión económica según la cual los jóvenes se niegan a instalarse debido a que las explotaciones no son lo suficientemente rentables. Se trata de una crisis de la creencia en el valor de la actividad agrícola tradicional y del modo de vida inherente a ella que ha sido consecuencia de un conjunto de procesos provocados por la apertura al exterior de las regiones agrícolas.
Champagne, tras estudiar en la región francesa de Bresse las características económicas y sociales de las familias campesinas tradicionales cuyos titulares tienen entre 50 y 65 años, demuestra que su capacidad para tener un sucesor, una vez que han conocido otros modos de vida, no depende solo del tamaño de las explotaciones ni de la rentabilidad económica que estas puedan tener, sino sobre todo también de la capacidad de poner en valor su capital cultural y relacional. Este es el tema central al que Champagne dedica esta obra, sirviéndose para su exposición del análisis etnográfico de cuatro casos arquetípicos.

• Patrick Champagn, nacido en 1945, es un sociólogo francés cercano a Pierre Bourdieu. Es miembro del Centro de Sociología Suropea de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, investigador en sociología en el INRA, profesor de la Universidad de París I y del Instituto de Estudios Políticos de Toulouse. Sus investigaciones se centraron en la crisis de la reproducción del pequeño y mediano campesino francés entre los años 1950 y 2000, crisis que se tradujo en una fuerte disminución de la población agrícola activa.
Según Champagne, la clave para comprender la crisis del campesinado fue el papel jugado por los mecanismos propiamente simbólicos de dominio social (identidad social del campesino menospreciada), particularmente puesto de manifiesto en un estudio etnográfico sobre el comportamiento de los campesinos en la playa («Les paysans à la plage», 1975). Esta tesis la desarrolló en varios trabajos. A partir del análisis de la gran manifestación de los agricultores en París en 1982, que pretendía, entre otras cosas, «seducir a la opinión pública» de la ciudad, las investigaciones de Champagne se orientaron hacia el análisis de las transformaciones del campo político a causa de los sondeos.

• Adolfo García Martíne es antropólogo, doctor en Antropología, catedrático de instituto y profesor de Antropología de la Uned jubilado. Es autor de varios trabajos: Los vaqueiros de alzada de Asturias, Krk, 2009; Antropología de Asturias, vol. I: La cultura tradicional, patrimonio de futuro, vol. II: El cambio: la imagen invertida del otro, Krk, 2008 y 2011; Alabanza de aldea, Krk, 2017; Mujer, matrimonio y familia, 1993; La vejez en los pueblos de Asturias, 2001; Los ritos de paso, 2002; La trashumancia en Asturias, 2003; La población rural y la conservación del medio, 2003; Familia y sociedad, 2004; El tabú, 2005; Tiempo y espacio en las comunidades rurales de Asturias, 2007, etcétera.

Este libro nace por iniciativa de la Asociación Asturiana de Antropología y Patrimonio Etnológico como reconocimiento a la fi gura más destacada de la antropología hecha en Asturias. En él se rinde homenaje al antropólogo Adolfo García Martínez y se subraya la importante labor desarrollada en su fecunda carrera.
Se trata de una obra colectiva, con colaboraciones desde diversos ámbitos de la sociedad asturiana, que describen el recorrido vital y profesional de un científi co social que, al aunar la teoría, la docencia y la investigación con la divulgación y las prácticas en campos como el museístico o patrimonial, ha hecho progresar la disciplina antropológica en Asturias

Este libro muestra que la antropología puede ayudarnos a planificar un futuro mejor. La historia es un proceso en el que cada momento es consecuencia de los anteriores. Sin embargo, la sociedad rural asturiana vive un proceso de cambio en el que se da la espalda a una tradición, conformada durante cientos de años, a pesar de que posee muchos aspectos valiosos que merecen ser recuperados y conservados.
Comprender los entresijos de la tradición y las razones del cambio es la primera tarea del autor en esta obra. El tomo publicado en 2008 estudiaba la sociedad tradicional y proporcionaba las claves para entenderla. En la primera parte de este segundo tomo se analizan las razones que explican el cambio sufrido por esa sociedad, los factores desencadenantes y las consecuencias que ha provocado, centrándose en los principales problemas que origina: despoblación, soltería masculina, emigración masiva de las mujeres, abandono del campo y vejez. Culmina esta parte con una reflexión acerca del patrimonio que constituye la cultura tradicional y la necesidad de conservarlo.
La segunda parte de este tomo es un ejercicio de antropología aplicada en el que se aportan ideas acerca de cómo debe encararse el futuro desde la tradición utilizando como punto de partida los resultados de sus investigaciones antropológicas. Y así, desde el empeño en recuperar lo que de valioso tiene la cultura tradicional, se enfrenta el autor al estudio de los problemas de la sociedad rural actual y de los originados por los cambios en el modo de vida, como el turismo rural o los ecomuseos, planteando propuestas para encarar el futuro, con seguridad de que la senda de la conservación de ese patrimonio cultural marca el camino a seguir para lograr que la cultura tradicional sea, como indica el título del primer tomo, patrimonio de futuro.

«Al sesgo, casi de primeras o perfil, este libro resultaría algo completamente inédito en buena parte de la literatura europea, inglesa o de cualquier otro suculento e inmediato, por así decir, extranjerismo. De primeras, digo, siendo un texto absolutamente contemporáneo, ilativo de muchas otras corrientes presentes, sin embargo, no obstante, hay en él algo de raro prodigio.
Vayamos sin prisa por el camino, que es largo y divertido. Era mi maestro Leopoldo María Panero quien daba cuenta de Kafka como escritor realista; ninguna boutade o coña hay en tal aserto: el acostumbrado a la alucinación simple, como querían Novalis o Rimbaud, en cierto sentido, de ahí la cita, vive en permanente estado de realismo, pues ese es su mundo, aunque sea sonámbulo o, simplemente, enajenado, desde fuera, desde cualquier ángulo exterior. Manolo y Vindio Villarroel parten siempre de un "realismo social", una cierta atmósfera cotidiana, que en algunos de los relatos aquí compilados (pienso, concretamente, en el primemro, "Estudiante de arquitectura") no tarda en volverse asfixiante o de índole delirante.
Conviene destacar cómo el texto supervive, de forma a contenido, de significante a significado, de tema a expresión. Es ahí donde irradia la perfecta y tan cuántica polifonía antes mencionada; ese fraseo o prasaísmo verdaderamente prodigioso, arrogante, espléndido. Tomemos por caso el que lleva por título "Zoólogo"; esa música de los patrimonios o nombres propios con el que comienza: "Emprendí un viaje con la sola compañía de mi ayudante, el licenciado Mubutu, a las profundidades del bosque Arará, allí donde es más inaccesible al hombre(...). El Arará quedó aislado del resto de la vasta región del Compororo, tras la construcción del embalse de Itiriri".»
Prólogo de Diego Medrano.
Manolo Villarroel nace en Soto de Cangas (Cangas de Onis) en 1952.
Posee una amplia experiencia como profesional de la gastronomía. Fue alumno de Paul Chiff (Premio nacional de gastronomía en 1983) y de Alain Gigant (mejor cocinero de Francia en 1978).

Uno de los objetivos fundamentales de este estudio es dar una visión de conjunto de la cultura tradicional asturiana, tratando de diseñar un modelo y un método que sean capaces de articular los diversos campos de la misma y destacar aquellos aspectos de mayor importancia que caracterizan las diferentes zonas de la región. No obstante, el lector no puede pretender que se agoten los temas en este proyecto. Unos son tratados con más profundidad, otros de manera superficial, otros tan sólo se mencionan y algunos ni tan siquiera se citan.
La cultura tradicional o patrimonio etnográfico es, para la mayoría de los antropólogos, el esqueleto sobre el que se sustenta la identidad de un pueblo. En este caso se analizan las relaciones sobre las que se construye la identidad cultural de las comunidades rurales asturianas desde la casa, el barrio, el pueblo, la parroquia, el valle, el concejo y la "sociedad otra".
El método utilizado es el etnográfico-antropológico, aunque por las razones que se exponen, en algunos temas el trabajo bascula más hacia la antropología, mientras que en otros lo hace hacia la etnografía. Esta doble perspectiva ayudaría a comprender, por una parte, las diversas referencias a estudios relativos a otras regiones del norte de España y del área mediterránea; por otra parte, podría entenderse la mayor o menor profusión de trabajo de campo realizado por el autor en las diversas zonas de Asturias.
El hilo conductor de este estudio es la casa, átomo del poblamiento. La sociedad y la cultura tradicional asturianas descansan, sobreviven y se transmiten a través de esta multifacética institución. Se ha hecho más hincapié en las relaciones que en el estudio minucioso de los elementos, pues son aquellas las que confieren identidad a una cultura, y las que permiten una mejor comprensión de la misma.

A diferencia de todas las demás especies existentes en este momento en la Tierra, perfectamente equipadas mediante la evolución para vivir, la especie humana se singularizó hace siete u ocho millones de años como un simio especialmente aventajado.
Hace apenas quince mil años abandonó el hábitat exclusivamente natural, utilizó el lenguaje, construyó casas, domesticó animales y cultivó la tierra. Con este cambio cada vez fue más importante para la subsistencia de la especie la cultura, lo que se intensifi có cuando comenzó a representar sus pensamientos mediante la escritura. Esto, que parecía una espectacular ventaja, tuvo su reverso en la aparición de crímenes y de guerras.
Este ensayo de Tadeusz Malinowsk tiene como objeto explicar la base orgánica de estos desajustes, cuyos episodios producen preocupaciones y fanatismos suicidas (que contrastan negativamente con un espectacular desarrollo de las ciencias y de las tecnologías) al par que voluntades encaminadas a superarlos.

• TADEUSZ MALINOWSKI (1919, Lowicz, Polonia) vio sus estudios universitarios de medicina interrumpidos en septiembre de 1939 cuando el Estado polaco fue disuelto temporalmente por la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin.
Así empezó un largo periplo, primero como zapatero remendón, después con trabajos forzados en un gulag en Siberia, y fi nalmente como ofi cial en una unidad polaca en el ejército británico durante la campaña de Italia.
De vuelta a la facultad de Medicina en Boloña y luego como becario en Madrid, le absorbieron las actividades asociativas y las conferencias de fi losofía, hasta que se volcó en los estudios de Derecho.
Ejerció brevemente como abogado pero su vida laboral fue la gestión de empresas (en Chile entre 1959 y 1966; después nuevamente en España). Con cuatro hijos, continuó su formación profunda y principalmente autodidacta, con breve retorno a la facultad de Medicina en Madrid.
Tras la jubilación dedicó varios años a la carrera de Teología; ya nonagenario, estudió Antropología Cultural. Desde 1984 vive en Asturias, donde enviudó de la escritora Sara Suárez Solís.
Ha escrito innumerables artículos de opinión en la prensa local, dictado conferencias y participado activamente en la vida cultural asturiana