www.paquebote.com > Boris Cyrulnik
Fomentar el desarrollo de una personalidad autónoma y crítica desde la temprana edad es el antídoto para arrebatar el pensamiento único y las presiones sociales en la adultez. Boris Cyrulnik cuestiona las nociones gregarias del nacionalismo, el fanatismo grupal y el odio que él mismo experimentó bajo la forma del antisemitismo durante su infancia, y que se están repitiendo en la actualidad como consecuencia de discursos dominantes, políticas autoritarias o conflictos bélicos.
En ¡No al totalitarismo!, el célebre neuropsiquiatra francés relata su propia experiencia biográfica y acude a la vida de Josef Mengele, Adolf Eichmann o Stefan Zweig, entre otros, para explorar las peligrosas consecuencias que derivan de los mecanismos de conformismo y la sumisión a las ideologías predominantes que se siguen produciendo en las sociedades de hoy en día.
La Historia se repite y sin embargo: ¿por qué para algunas personas resulta más fácil resistir (y hasta rebelarse) a discursos dominantes mientras que otras prefieren refugiarse en una servidumbre confortable? La respuesta está en los primeros 1000 días de la vida del bebé, pues garantizar un apego seguro durante la etapa infantil ayudará a desarrollar la confianza de uno mismo y la autoestima necesarias para entrenar una visión más crítica de la realidad y alcanzar una verdadera libertad interior.
Corría el año 1886. Ernst Haeckel, el biólogo y filósofo prusiano divulgador de la obra de Charles Darwin, acuñó el término ecología para referirse a la ciencia que estudiaba las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno.
Siguiendo esta línea y en respuesta a las cuestiones candentes de la actualidad, Boris Cyrulnik elabora un nuevo y poderoso concepto, la «psicoecología», para demostrar cómo el entorno puede tener un impacto profundo en la construcción del cerebro, los estados del alma, la condición humana y el futuro de nuestras sociedades.
El famoso neurólogo y psiquiatra francés recurre a un enfoque transversal (etológico, psicológico y sociológico) y ofrece un análisis sobre las consecuencias del estrés maternal excesivo, las dificultades relacionales, la adversidad educativa, las catástrofes sociales y medioambientales, entre otras, sobre el cuerpo y la psique. Asimismo, aporta interesantes datos y reflexiones sobre la relación entre hombres y mujeres, la transformación de lo masculino y su futuro, la violencia (contra las mujeres, en particular), la educación en la infancia, la gestión de nuestras emociones (especialmente de la ansiedad), el impacto del lenguaje y los relatos en nuestra vida íntima, e incluso el impacto del clima y las infecciones virales en nuestras vidas.
Una obra rigurosa, reflexiva y fiel al estilo divulgativo del «padre de la resiliencia».
¿Cómo entender el suicidio de un niño? Este impactante y desatendido fenómeno constituye el núcleo de reflexión de esta obra de Boris Cyrulnik.
El sentido de la muerte entre los menores, nos recuerda el autor, se va modificando con la edad y nunca es el mismo que se tiene en la edad adulta. Cyrulnik no postula una sola motivación para explicar esta dolorosa problemática, sino que aplica un enfoque en el que integra diversos factores, como las transformaciones en la civilización, con los flujos migratorios y sus consecuencias de desarraigo en los más jóvenes; o los cambios sociales que debilitan los vínculos de apego y empobrecen el nicho afectivo del menor.
Existen, de este modo, aspectos individuales y familiares muy relevantes y a tener en cuenta, pero sin olvidar que se trata en gran medida de un problema social de complejo análisis y resolución, en el que la sociedad tiene aún mucho que elaborar. En diversos países se ha podido verificar la eficacia de una serie de políticas de prevención, como la promoción de la estabilidad emocional, o el fomento de las estructuras de socialización y el de las políticas de integración, frente a la mera asimilación. Este libro indispensable constituye una llamada y una invitación, con propuestas concretas a los políticos, familias, escuelas y a todos los especialistas en la infancia.