Coedición: SECC y Residencia de Estudiantes.
Si hubiera que definir los años veinte y treinta tal vez habría que recurrir a cierto tópico que, sin embargo, en este caso concreto parece ser realidad: se trata de la época de los grandes viajes de la Contemporaneidad. De hecho, si el final del siglo XIX y, sobre todo, el principio del XX escenifican y presencian las primeras grandes travesías modernas —desde las expediciones americanas de un doble carácter antropológico y arqueológico— hasta la propuesta de Shackleton de visita al Polo, los veinte y treinta ven consolidarse esa pasión por conocer más del «otro», en el tiempo y en el espacio, y por llegar a aquellos lugares que pocos antes han visitado.
Muchos de estos nombres renovadores del conocimiento, los grandes mitos del saber, visitaron la Residencia de Estudiantes en el momento mismo de sus aportaciones fundamentales, planteando una faceta de «conocimiento internacional» básica para comprender la tarea educativa que la Residencia se había propuesto.
Para la exposición y el catálogo se ha seleccionado un total de nueve conferencias agrupadas en áreas que reúnen a algunos de los que constituyeron el corpus esencial del «saber» en aquellos años en diferentes áreas como la arqueología, la antropología, las ciencias naturales o la geografía, desde Carter y Tutankhamon a Woolley y Ur y Obermaier y Altamira, pasando por Frobenius y África, Hackin y Pelliot y Asia, Bruce y el Everest, Joyce y la cultura maya, y Francisco Iglesias y su proyecto de expedición científica al Amazonas.
El catálogo que acompaña la exposición Viajeros por el conocimiento se compone de diversos artículos generales y un texto específico para cada viaje a cargo de un experto en la materia. Recupera, además, algunos de los textos originales de las conferencias históricas. Está ilustrado con numerosas fotografías históricas de las expediciones, notas manuscritas, dibujos, etc.

EL malogrado José García-Vela (Oviedo, 1885-Las Navas del Marqués, 1913) fue un escritor precoz y polifacético. Además de su devoción por la poesía, una pasión que no le abandonaría durante su corta pero intensísima vida, ensayó con entusiasmo el periodismo, el teatro, el cuento e, incluso, la pintura, de la que dejó algunas muestras interesantes, destinadas a sus familiares y amigos. La temprana desaparición de José García-Vela impidió el cumplimiento de su obra poética; pero su valor no reside en las promesas incumplidas, sino en los méritos alcanzados, que no fueron pocos, a pesar de la brevedad de su obra. Pues el autor de Hogares humildes (1909) se nos muestra hoy, tras un olvido incomprensible, como un poeta auténtico y original, de obra breve pero intensa. La presente edición recoge todos los poemas de García-Vela que han llegado hasta nosotros, tanto los publicados como los inéditos. La recuperación de Las huellas de los muertos, libro póstumo que se tenía por perdido hasta ahora, ayudará a comprender mejor la figura de este poeta «postmodernista» que, a semejanza del madrileño Fernando Fortún, concluyó vida y obra antes de tiempo. Como los mejores de su generación histórica, la «generación del 14», o «novecentista», supo combinar las virtudes del Modernismo con la búsqueda de la máxima originalidad, mediante la asimilación de las más variadas influencias antiguas y modernas. Y su originalidad consistió en haber conseguido una voz humilde, sobria y melancólica, con atisbos de futuro y visos de permanencia. MANUEL NEILA