Curso de dibujo a través del paisaje

"El mejor consejo que os puedo dar es muy sencillo: dibujad, dibujad, dibujad." (Pablo Rubén López Sanz)

Grado en Bellas Artes y referente de la acuarela "plein air" a nivel internacional, Pablo Rubén López es miembro de las tres asociaciones de acuarela más importantes de Estados Unidos. Sus más de 400 galardones artísticos nacionales e internacionales lo acreditan como un referente nacional e internacional en esta técnica pictórica.

Tras más de veinte años impartiendo clases de dibujo y pintura, Pablo Rubén afirma: "Lograr que la mano reproduzca lo que nuestros ojos ven requiere mucha práctica y conocimientos técnicos para evitar errores". En este libro, el autor aborda el dibujo desde la temática del paisaje, si bien muchos de los conocimientos descritos son aplicables a otro tipo de temas, como pueden ser retratos, figuras o bodegones.

Pablo Rubén analiza todos los elementos, formas, normas y distintas variaciones que se puedan encontrar en los paisajes; proporciona pautas, consejos prácticos e indicaciones técnicas que nos facilitarán realizar nuestros dibujos, identificar los errores y ser capaces de establecer un orden siguiendo las reglas geométricas de la perspectiva en el caso de dibujos lineales. El lector podrá comprobar a lo largo de los capítulos que se puede aprender a plantear, encajar, medir, proporcionar y, en definitiva, a dibujar gran cantidad de elementos y ubicarlos en un paisaje concreto.

Todas las ilustraciones del autor están realizadas a mano, sin utilizar plantillas, métodos de proyección o procesamiento digital de imágenes, por lo que muchos de los dibujos contienen imperfecciones o imprecisiones, fruto del dibujo a mano alzada, para obtener un resultado natural.

La correcta enseñanza de la historia es uno de los instrumentos esenciales para construir una ciudadanía libre, crítica y con compromiso social. De ahí que su impartición en las aulas de cualquier nivel educativo sea esencial para construir civilización. La presente publicación parte de la idea central de que su mejora en la universidad tiene todavía un enorme recorrido del cual deben responsabilizarse las autoridades académicas, pero sobre todo un profesorado que está más centrado en investigar que en perfeccionar la didáctica de la historia.