Andrés es el último habitante de Ainielle, un pueblo abandonado del Pirineo aragonés. Entre «la lluvia amarilla» de las hojas del otoño que se equipara al fluir del tiempo y la memoria, o en la blancura alucinante de la nieve, la voz del narrador, a las puertas de la muerte, nos evoca a otros habitantes desaparecidos del pueblo y nos enfrenta a los extravíos de su mente y a las discontinuidades de su percepción en el villorrio fantasma del que se ha enseñoreado la soledad.
  Publicada en 1988 y convertida hoy en un long seller, La lluvia amarilla es un símbolo del éxodo rural, una novela fundamental de la literatura española reciente que consagró a Julio Llamazares como uno de nuestros más valiosos narradores. Una novela que confirma el léxico vivo, preciso y genuino, la autenticidad artística y las dotes de creación de un clima poético y un universo personal esencial en la literatura española contemporánea.

Ramiro, Gildo y Ángel, tres soldados republicanos de León, huyen en plena noche de las represalias del frente victorioso que ha ocupado su tierra. Refugiados en el monte, siempre al abrigo de la oscuridad de las minas abandonadas, de las cuevas o de la noche, ven pasar los meses mientras tratan de encontrar la forma de sobrevivir y de escapar al infierno de la clandestinidad. De esta manera se manifiesta un instinto primario que puede llevar a un hombre acosado hacia la violencia.

Al tiempo que nos permite asistir a una página olvidada de nuestra historia, esta epopeya anónima de estos tres hombres nos demuestra que la condena a vivir como una alimaña no conlleva necesariamente la pérdida de la grandeza humana. Además de aportar aire fresco al panorama de la nueva narrativa española de los ochenta, Julio Llamazares supo sorprender a la crítica con esta primera novela que, lejos de ser primeriza, ofrece «un lenguaje distinto, un interesante argumento, personajes con acción y, también, una visión del mundo» (Joaquín Arnáiz, Diario 16).

Un pequeño gran acontecimiento altera la vida de los vecinos de un edificio del centro de la ciudad (una ciudad cualquiera de un país cualquiera): tras más de un año con el ascensor fuera de servicio hoy llega el técnico que supervisará la instalación final y dará el visto bueno a su puesta en marcha. Los vecinos y las vecinas más mayores esperan con ansiedad la llegada del técnico y poco a poco se congregan para estar presentes cuando el ascensor vuelva a estar operativo después de muchos meses de sufrir subiendo las escaleras o evitando salir de casa. Con los inquilinos reunidos, la última persona en llegar al portal es Valentina, una joven que vive de alquiler en el cuarto piso y a la que no parece preocupar tener que subir y bajar las escaleras todos los días. Ella es la única que desconoce por qué el ascensor lleva casi un año y medio sin funcionar y se unirá a los demás para esperar la llegada del técnico. Será durante esa espera cuando Valentina descubra el oscuro secreto que une a los vecinos del edificio.

La autora de la aclamada Luna llena aborda las complejas relaciones entre dos hermanas.

Anzu acaba de modelar y hornear un delicado jarrón de arcilla. Está satisfecha, lo exhibirá en su próxima exposición, y, como su forma le recuerda la de una campanilla, lo llama Suzuran. Porque Anzu es una joven y reputada ceramista consagrada al mundo de la loza tradicional japonesa. Está divorciada, vive con su hijo preadolescente y, por más que le insistan sus amigas, no quiere volver a enamorarse. Su apacible vida cotidiana, en una ciudad junto al mar del Japón y al pie del monte Daisen, se ve alterada de pronto cuando su hermana mayor, Kyoko, anuncia que tiene novio y que va a casarse. Lo cierto es que la relación entre las dos hermanas no es muy estrecha; en realidad, sus personalidades son casi opuestas. Y Kyoko viajará en breve desde Tokio para presentar a su prometido a toda la familia.

Existe un gran espacio por cubrir en el acompañamiento a los bebés prematuros y a sus familias, más allá del paraguas de la atención sanitaria de los dos o tres primeros años. Son muchas las dificultades psicológicas, relacionales y emocionales que, a menudo, se encuentran las personas que acompañan a niños y adolescentes que nacieron de forma prematura: la puesta de límites, la gestión de las rabietas y la frustración, los duelos, el control de impulsos, la autorregulación emocional, la respuesta al estrés o la angustia y la ansiedad latentes, entre otras. Este libro recoge y analiza esas y otras muchas dificultades, comunes a diferentes personas que nacieron prematuramente, y propone cómo abordarlas, tanto de forma preventiva como una vez que ya están presentes, desde la primera infancia hasta la adolescencia, con la firme intención de ayudar a padres, abuelos y profesionales del ámbito educativo y de la salud que les acompañan en el camino. Este libro es también una invitación a aquellas personas, ya adultas, que en su día llegaron al mundo de forma prematura, para que vuelvan sobre su historia con otra mirada, tierna, comprensiva y compasiva. Una mirada amable.
Pedro Valentín-Gamazo Valle, es padre de una niña de 13 años y un niño de 10, que nació de forma prematura, a las 28 semanas de gestación, con un kilo de peso. Lleva veinticinco años trabajando con niños, adolescentes y familias desde la educación reglada, los Servicios Sociales, la terapia y el coaching. Ha sido en estos dos últimos ámbitos, como parte del equipo de UmayQuipa, que ha tenido la fortuna de acompañar a diferentes niños, adolescentes y adultos que en su día fueron bebés prematuros. Es cofundador de El hilo de las emociones y, con el nombre artístico de Vagavatú, pone la nota musical a esta particular forma de acercar el mundo de las emociones a las familias..